Por REDACCION
SAN FERNANDO DEL VALLE DE CATAMARCA, 5, (AICA). - La Gruta de Nuestra Señora del Valle fue declarada santuario diocesano en una misa celebrada el 2 de diciembre, en el marco de la novena en honor de la Inmaculada Concepción.
La Eucaristía fue presidida por el obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, y concelebrada por el presbítero Santiago Granillo, responsable de la atención pastoral de la gruta de la Morenita del Valle; el presbítero Diego Manzaraz, canciller y secretario general de la curia diocesana; y el presbítero Gustavo Flores, rector de la catedral basílica y santuario mariano.
La misa congregó a devotos y peregrinos, junto con los servidores de la gruta.
Primero, se dio lectura al decreto en el que monseñor Urbanc declara a la Gruta de Nuestra Señora del Valle como santuario diocesano y aprueba sus estatutos; y también nombra al padre Granillo, hasta ese momento responsable diocesano de la pastoral de la Gruta de Nuestra Señora del Valle, rector del nuevo santuario.
Entre los considerandos, se destacó que “en la Gruta de Nuestra Señora del Valle se hace realidad lo que constituye un santuario, ya que hay un motivo peculiar de piedad; que es la manifestación cuatro veces centenaria del amor maternal de María Santísima y hay continuas peregrinaciones de numerosos fieles, lo cual es reconocido por todos y motiva una cuidadosa atención pastoral”.
También se mencionó que “desde tiempos inmemoriales, en la Gruta de Nuestra Señora del Valle se viene desplegando una esmerada atención pastoral que, en los últimos sesenta años estuvo puesta bajo la responsabilidad del párroco de Santa Rosa de Lima, para pasar después a la jurisdicción del santuario y catedral basílica de Nuestra Señora del Valle, hasta que, se nombró al presbítero Hugo Ramón Granillo como responsable diocesano de la pastoral de La Gruta de Nuestra Señora del Valle, con la facultad de constituir un Equipo de Agentes de Pastoral para que colaboren con él”.
Gratitud a Dios por este regalo
En su homilía, el obispo diocesano agradeció “al Señor, que, en su sabia providencia, se ha reservado este solar para congregarnos y bendecirnos por medio de la Mujer que Él creó y predestinó para que fuera la Madre de su Hijo, nuestro Salvador Jesucristo, y también la Madre de los desterrados hijos de Eva. Y para declararlo santuario, con la potestad que me fuera conferida, invocando al Señor de la Vida y de la Historia, que escuche siempre las súplicas de los que a este lugar peregrinen con viva fe, confiada esperanza y real amor a Dios, a María y al prójimo”.
Luego, agradeció “al padre Santiago Granillo y a los generosos voluntarios que colaboran con alegría, perseverancia y dedicación en la atención de los peregrinos que, día a día en mayor número, llegan a este ámbito de paz, silencio y oración para encontrarse con la Madre de los afligidos”.
A su vez, pidió de un modo especial “a la Madre de las manos acogedoras que facilite el pronto establecimiento de las hermanas del Huerto que, desde hace muchos años, vienen prestando el servicio de acogida y de evangelización durante las fiestas en honor a la Virgen”.
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