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Sociales Martes 28 de Octubre de 2014

"El Big Bang no contradice a Dios"

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REDACCION

Por REDACCION

El papa Francisco visitó, ayer por la mañana, la Casina Pío IV en el Vaticano, en ocasión de la Asamblea Plenaria de la Academia Pontificia de las Ciencias y la inauguración de un busto en honor a Benedicto XVI al que definió como un gran Papa.

“Grande por la fuerza y la penetración de su inteligencia, grande por su importante contribución a la teología, a su gran amor por la Iglesia y los seres humanos, grande por su virtud y religiosidad”. 

Asimismo el Papa recordó que Benedicto XVI fue el primero en invitar a un presidente de esta Academia a participar del Sínodo sobre la nueva evangelización “consciente de la importancia de la ciencia en la cultura moderna”. 

Sobre el complejo tema que actualmente trata la Academia: “La evolución del concepto de naturaleza”, el papa Francisco añadió que “que Dios y Cristo caminan con nosotros, y están presentes también en la naturaleza”. 

“Cuando leemos en el Génesis el relato de la creación,-dijo- creemos imaginar que Dios es un mago, que con una varita mágica hizo todas las cosas. Pero no es así. Él creó a los seres y los dejó desarrollarse según las leyes internas que dio a cada uno, para que alcanzasen su propio desarrollo. Dio la autonomía a los seres del universo al mismo tiempo que les aseguraba su continua presencia, dando el ser a toda realidad. Y así la creación prosiguió su marcha por siglos y siglos, milenios y milenios hasta que se convirtió en lo que hoy conocemos; exactamente porque Dios no es un mago sino el Creador que da el ser a todas las cosas. 

El inicio del mundo no es obra del caos que debe a otro su origen, sino que se deriva directamente de un Principio supremo que crea por amor. El Big-Bang, que hoy se sitúa en el origen del mundo, no contradice la intervención de un creador divino, al contrario, la requiere. La evolución de la naturaleza no contrasta con la noción de creación, porque la evolución presupone la creación de los seres que evolucionan”. 

“En cuanto al ser humano, -continuó-, hay un cambio y una novedad. Cuando, en el sexto día de la historia del Génesis, llega la creación del hombre, Dios da al ser humano otra autonomía, una autonomía diferente a la de la naturaleza, que es la libertad. Y dice al hombre que ponga nombre a todas las cosas y siga hacia delante en el curso de la historia. 

Lo hace responsable de la creación, para que domine la creación, para que la desarrolle y así hasta el final de los tiempos. Por eso al científico, y sobre todo al científico cristiano corresponde la actitud de interrogarse sobre el futuro de la humanidad y de la tierra y, cómo ser libre y responsable, de contribuir a prepararlo, a defenderlo, y a eliminar los riesgos del medio ambiente, sean naturales o humanos.

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