Por REDACCION
BUENOS AIRES (AICA). - El papa Francisco destacó que la participación y compromiso en las Jornadas de Pastoral Social, que organiza la arquidiócesis de Buenos Aires, revelan “la necesidad e importancia de esta sana costumbre”, que cumple 25 años reuniendo a referentes de los diversos sectores de la sociedad.
"En los encuentros, ustedes buscan discernir el presente y realizar el esfuerzo de imaginar un futuro posible, y esto urge si miramos la situación mundial: las guerras, con su amenaza nuclear; la reciente pandemia y sus consecuencias en diferentes niveles; la crisis ecológica y migratoria; el aumento de la cultura de la explotación y el descarte… problemáticas a las que ustedes podrían sumar las situaciones locales", puntualizó el pontífice.
“Detrás de estas realidades, como música de fondo, me preocupa el crecimiento de polarizaciones y extremismos que impiden construir y encontrarse en un ‘nosotros’ común. Son muchos los conflictos que el repliegue en trincheras, tantas veces ideológicas, impide solucionar”, agregó.
El mensaje a los participantes de la XXV Jornada de Pastoral Social, que se llevó a cabo el sábado 12 de noviembre en el Auditorio de la Federación de Obreros y Empleados Telefónicos de la República Argentina (Foetra), fue leído por el responsable de la Pastoral Social arquidiocesana, presbítero Carlos Accaputo.
El Papa consideró en el texto que, “poco a poco, se erosionó el sentido de pertenencia capaz de romper la tiranía de la división y el enfrentamiento, para posibilitar, con todas las diferencias legítimas que puedan existir, la congruencia de las voluntades en la búsqueda del bien común, que es mucho más que la suma de los bienes individuales”.
“La polarización corroe todo intento de soluciones y lo único que instala es desazón y descreimiento", advirtió; y profundizó: “En este contexto, es imperioso recuperar nuestra capacidad de diálogo; esto es, acercarse, escucharse, conocerse y reconocerse, para buscar puntos de contacto que nos ayuden a trascender”, afirmó, y reiteró a continuación: “Para ayudarnos mutuamente, necesitamos dialogar”.
“En reiteradas ocasiones invité a desarrollar una cultura del encuentro, que vaya más allá de las dialécticas que enfrentan. Es un estilo de vida, de cultura y ciudadanía que tiende a conformar ese poliedro que consiente la coexistencia de muchas facetas sin perder la unidad”, destacó.
Francisco indicó que “las acciones y transformaciones posibles crecen y se desarrollan en la misma tierra que es capaz de engendrar la cizaña”, y subrayó: “El lugar de la esperanza es el aquí y ahora, y está reservado para aquellos que no tengan miedo de aceptar, como el Señor nos indicó, que trigo y cizaña crecen juntas”.
“Sin esta perspectiva, será muy difícil promover cualquier acción y emprendimiento que se quiera impulsar”, aseguró.
El Papa alentó a los participantes de la Jornada de Pastoral Social a “seguir este camino, por el que no van solos”, y les recordó que “son hijos e hijas de una historia y de una Iglesia que es gloriosa, por ser historia de sacrificios, de esperanza, de lucha cotidiana, de vida deshilachada en el servicio, de constancia en el trabajo que cansa, porque todo trabajo es ‘sudor de la frente’”.“Que el Señor los bendiga y la Virgen Santa los cuide; y, por favor, no se olviden de rezar y hacer rezar por mí”, concluyó.
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