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Sociales Viernes 11 de Febrero de 2011

BELGICA DEPETRIS DE CHIAPERO

Su fallecimiento

Redacción

Por Redacción

Bélgica Depetris de Chiapero 

SU FALLECIMIENTO

Tenía 92 años y falleció ayer en nuestra ciudad. Bélgica Depetris de Chiapero, fue una gran mujer, docente, empresaria, una incansable luchadora. Además madre, abuela y con una personalidad de reconocidos perfiles positivos, entre los cuales sobresalían su capacidad, su tesón y una fuerte sensibilidad.
 Nacida en Colonia Bigand, fue formándose con el ejemplo de una madre tesonera y luchadora. Cuando contaba con sólo un mes y medio de vida falleció su padre, quedando la mamá viuda y con cinco criaturas para criar. Inmediatamente se trasladaron a Rafaela, donde, su mamá luchó contra viento y marea para criar, educar y formar a sus cinco hijos.
Bélgica Depetris de Chiapero fue docente y ejerció en diversas escuelas rurales de la región, entre ellas en Vila y en otras poblaciones, cumpliendo una tarea que abrazó con pasión pero que encerraba el riesgo -especialmente para una mujer- de residir sola en el campo, hecho que no solamente no la amedrentó, sino que la fue forjando en su temple.
Contrajo matrimonio y su esposo, gerente de banco, tuvo diversos destinos, hecho que los llevó a residir en distintas poblaciones, retornando finalmente a  Rafaela.
Su vocación empresaria nació un poco al compás de las circunstancia, pues una pequeña empresa a la cual se había asistido financieramente, ante la posibilidad de quebranto, Bélgica no duró afrontar la responsabilidad de conducirla, tomando el timón de mando e iniciando la que sería una brillante y ascendente carrera empresaria que se extendiò a lo largo de 40 años.
Esto que recordamos tuvo lugar en 1970,  época en la que se luchaba por los derechos de la mujer. Bélgica en vez de reclamar decidió entrar en acción y con firmeza, dedicación, constancia y convencimiento de estar en la senda correcta, comenzó a dirigir un emprendimiento que contaba con sólo 4 obreros, que funcionaba en un galpón antiguo, con piso de tierra.
Una mujer, en aquellos años y dirigiendo una empresa metalúrgica parecía algo imposible, pero "Coca" -como la llamaban sus íntimos- no cejó en su empeño, viajó, gestionó, negoció y con el acompañamiento de su gente logró poner en pie una empresa que con el correr del tiempo se expandió y alcanzó un posicionamiento de excelente consideración.
En ocasiòn de cumplir 9 años, fue objeto de un homenaje en la misma planta fabril que ella vio crecer, teniendo un merecido reconocimiento a su trayectoria.
Sus restos recibieron sepultura ayer por la tarde en el cementerio municipal.

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