Por REDACCION
Por Oscar Frana
A lo largo de tantos años hemos conservado en nuestras memorias y su pertinente respaldo en los archivos gráficos anécdotas y vivencias de esos campamentos educativos vividos en el sur de nuestro querido país.
A modo de aporte. En esta ocasión referiré algunas de ellas, referidas a distintos contingentes que fueron formando parte de esos años tan felices.
El susto en la frontera
Campamento base Nonthué, San Martín de los Andes, Neuquén.
Salida del contingente, caminando, por supuesto, a un Campamento Volante. Llegada al lugar de acampada muy cerca de la frontera con Chile. Hermosa pampita para que todo el contingente se distribuya por la zona. Vimos en el lugar esas marcas que delimitan la frontera. Arman sus carpas, distribuyen bultos y enseres, se organizan actividades. Sorpresa: llegan carabineros armados, algunas carpas pasaron la frontera por unos pocos metros. Vuelta a armar las carpas en territorio argentino; solos en ese inmenso bosque a metros de Chile ¿era necesario tal despliegue?.
El calor del tren
Tren de Rafaela a Buenos Aires, de ahí a Ingeniero Jacobacci, otro tren a Esquel. La famosa Trochita. Como Uds. saben además de alumnos, profesores y médico, viajan cocineros. La Trochita tiene en el centro del vagón una salamandra que se mantiene con fuego, para mitigar el frío; una de las cocineras en el bamboleo del tren al pararse se sostiene de la chimenea, muy caliente, de la salamandra; resultado: venda en las manos.
Al poco tiempo ocurre lo mismo, pero se sostiene con la otra mano. Pobre!. Las dos manos vendadas y sin cocinera por unos días…
La memoria del profesor
En la organización del Contingente cada profesor tenía a cargo un número de alumnos para su atención y resguardo de dinero en un sobre que le entregaban los padres para gastos extras.
Además uno de los Profesores hacía de administrador para los gastos de almacén, carne, pan etc. Sin tarjetas de débito o crédito. Sólo efectivo. Campamento Huemul, entre Bariloche y Villa La Angostura: camino de ripio, sin celulares. Portafolio en mano a Villa La Angostura de compras. Regreso a Huemul con todas las compras para el Contingente, pero el Profe se olvidó el portafolio con el dinero en La Angostura!!
Entra al almacén de Ramos Generales y ahí estaba, no faltaba nada…
El caballo no quiso
Campamento Huemul, cerca de Bariloche.
El grupo se prepara con todos sus bártulos, mochilas etc. etc. para un Campamento Volante. Objetivo: cumbre del Cerro FIA ( marzo 1975 ). Frente a la Planta de Campamento Huemul está la casa del Guardaparque con su radio, sus caballos y sus charlas al grupo.
Se decide llevar un caballo a la escalada, como animal de carga con varios bultos. Se lo empieza a cargar y éste nos mira con ojos de caballo no muy de acuerdo con lo que sucede.
En el momento de la partida, el caballo se espanta, se asusta y empieza a trotar y a repartir bultos, bolsos y demás bártulos por todo el campamento. No fue. No quería ir…y nosotros cargamos con todo eso. . .
El peligro del ventilador
Contingente en el tren viaje a la Patagonia.
Los trenes sin aire acondicionado. Todo un vagón para el grupo. Como ventilación los trenes tenían unos ventiladores en el techo. Profesor muy expresivo da indicaciones mientras se viaja por la estepa patagónica; levanta el brazo, él es muy alto, y con la mano toca las paletas del ventilador y se corta entre los dedos. Ahí nomás, el médico, con una aguja curva y sin anestesia, sutura: Profesor Accidentado Juan “Pichón” Albanesi.
Con ayuda militar
El contingente arriba del tren en la estación Bariloche. Río Negro.
Preparados para el regreso a casa. Llega un informe: debido a las intensas lluvias un alud de tierra cubrió las vías y por lo tanto se demora la salida.
La demora es larga, pasa otro día. Los alimentos se terminan, eran los pocos fiambres traídos de la pampa gringa (mortadela bola, salame, queso etc. ).
El ejército se solidariza con todos los pasajeros del tren y envía un carro con alimentos a la estación. Pero con tan mala suerte que al bajar al andén en una curva cerrada y con mucha velocidad tumba y desparrama todo el alimento por la explanada (la estación de tren de Bariloche está en desnivel con respecto a la ruta.)
El ejército vuelve horas más tarde con la comida prometida.
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