Por REDACCION
Nuestra historia con la celiaquía comienza hace siete años atrás cuando a mi hija del medio, Guadalupe, con casi dos años, le diagnosticaron esta condición que la iba a acompañar durante toda su vida.
Hoy siete años después puedo describir nuestro paso por este camino.
Al principio como papás nos preguntamos ¿por qué a ella? Nos enojamos con Dios y lloramos mucho. Tenía solo dos años y tenía que cambiar toda su forma de alimentarse. Sabíamos que no iba a ser nada fácil y que de por vida iba a tener que mantener una dieta estricta sin Tacc con todo lo que esto implica.
Desde ese día empezamos una gran lucha que sigue hasta el día de hoy.
¿Qué es la celiaquía? ¿Cómo había que tratarla? ¿Cómo íbamos a hacer de ahora en adelante en las reuniones familiares, vacaciones, salidas, jardín, escuela, etc?, eran algunas de las preguntas que nos hacíamos.
Les digo que no fue nada fácil, pasamos por todos los procesos como familia, el primer paso fueron los estudios, obra social, médicos, endoscopia, una vez con el diagnostico ya confirmado apareció la desesperación "tenían que desaparecer todas las harinas de mi casa", no íbamos a muchos lugares, costó mucho que familiares se adapten a este nuevo método de vida que necesitaba Guadalupe, las primeras vacaciones fueron muy difíciles no podíamos ir a ningún lado porque no había productos sin tacc para que Guadalupe consumiera.
Muchos nos decían "un poquito qué le va hacer", y a ella ese poquito le hacía mucho!!!! Pero ¿cómo hacer para que el resto entienda?
Pasó el tiempo y nos dimos cuenta que teníamos un hijo mayor que se desesperaba por comer harinas y nosotros habíamos eliminado todo. Fue ahí cuando empezamos a separar la comida de Guadalupe con la del resto de la familia, separando alacenas, platos y todo lo que se podía llegar a contaminar.
Otro proceso fue el empezar a interiorizarse con el tema, gracias a Dios en Rafaela está el Hospital que brinda todos los meses charlas sobre celiaquía y nos enseñan a cocinar comidas aptas, es muy importante que como papás tengamos adónde ir y poder desahogarnos y manifestar inquietudes y dudas.
Hoy siete años después puedo decir que ese grupo de personas ya son familia para nosotros desde las nutricionistas que siempre nos reciben con una sonrisa en la cara como de todas las personas que trabajan para hacer valer nuestros derechos.
El último sábado del mes cuando llegamos al hospital siempre hay caras nuevas, caras como la mía hace seis años atrás donde el susto y el miedo era lo único que teníamos, pero ahí están estos ángeles que con sus palabras y un abrazo te tranquilizan y empiezan a caminar alado nuestro para que no estemos más solos.
Pasó el tiempo y Guadalupe empezaba a ir a cumpleaños y a realizar viajes con la escuela siempre debía ir con su valijita porque para ella no había nada, hoy siete años después puedo decir que eso fue cambiando. Guada ya no va con su valijita para todos lados porque tiene unos amigos de oro que están pendiente de que a ella no le falte nada, tiene la cantina de la escuela donde tiene para comprarse comida, tiene profesores tanto de baile como de fútbol que están pendientes de que siempre tenga algo para comer y no se sienta distinta que el resto, tiene un negocio en la localidad donde vivimos que siempre le trae cosas aptas y sobre todo tiene una familia enorme que la acompaña en este caminar.
Hoy 5 de mayo puedo mirar atrás y saber que venimos por el buen camino, que se fueron logrando muchas cosas y que todo es más fácil si nos dejamos acompañar, por eso desde lo personal, invito a todos los celiacos a que concurran al taller del Hospital ya que para nosotros fue de vital importancia cuando empezamos con esta lucha y como nos enseñaron "De nosotros, las familias y los celíacos depende la concientización de los demás".
FELIZ DÍA DEL CELÍACO
Natalia Michlig
DNI: 29.804.262
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