Por Amado Raspo
Le confieso Sr. Director que dudé bastante antes de ponerle el título a esta nota.
Pensé que el indicado, o sea "44", es por demás determinante, y nos remonta a la trágica desaparición del submarino ARA San Juan con 44 personas en su interior.
Me reconozco como muy sensible, y me faltó poco para que termine en llanto, cuando una transmisión por TV dio a entender que toda la tripulación estaría muerta.
Me produjo un gran dolor, al pensar en los ocupantes, del ARA San Juan, en sus familiares, cónyuges, hijos, abuelos, amigos, y desde luego a sus padres, quienes aún los tuvieren. ¡Qué profundo dolor! Y sin que nadie pueda hacer nada.
Es uno de los casos que llamo "los golpes bajos de la vida".
Solo resta encomendar sus almas al Señor, y conservar en nuestros recuerdos este doloroso hecho que duele a nuestro ser.
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