Por REDACCIÓN
HUMBERTO PRIMO (Por Jorge Luis Mezzabarba).-En las primeras horas del lunes 09 de setiembre de 2024 dejaba de existir el humbertino Armando Di Martino, pero todos, absolutamente todos lo conocimos por el apelativo “Beto Di Martino”, el hombre que supo darle vida a la madera.
Hijo de inmigrantes italianos, desde siempre supo que su destino tenía que ser carpintero (su padre fue el primer maestro de carpintería de la escuela 464), y mueblista, pero se destacó siempre por trabajar como “ebanista”. “Eso me lo dejó como herencia mi hermano el Giorgio que nació en Sicilia-Italia y falleció joven”. Si bien ese trabajo artesanal como tal casi no existe, porque ebanista es quienes trabajan la madera de ébano y casi no hay en el mercado, él, como artesano que supo destacarse, fue en el incruste de distintos tipos de madera para formar figuras, paisajes, símbolos, cuadros que han sido admirados por todos aquellos que visitaban su casa o alguna exposición. El 06 de febrero de 1997, LA OPINION lo entrevistó y en esa ocasión supimos incursionar en el arte del trabajo con la madera. La nota se tituló “La Noble Madera Renace en las manos de un Destacado Artesano”.
En la citada nota, Beto relataba que había comenzado en 1984 con la ebanistería, trabajando con todos los retazos de maderas que quedaban de los enchapados de muebles. “Mi primer trabajo (que lo hice para que quede de recuerdo), fue el logo del Centenario y ahí nomás hice un tablero de ajedrez con cajones para las fichas y patas (hoy está en la escuela 464)”. “Siempre que enchapaba muebles, me imaginaba cosas que luego la plasmé en los trabajos. Primero era la idea, después el dibujo o la copia en papel y después empezar a recortar maderas, incrustarlas y darle una mano de resaltador”. Y así llegó El Tigre, La Ardilla, Los Antílopes, los Leones, Jarrones y todos son ya recuerdos. “El trabajo más complicado –nos decía en esa nota- es seleccionar las maderas. Algunas más claras otras más oscuras y así con todas. Se pega sobre papel invertida (la figura), se cortan los filetes y después se pega todo a mano con pegamento especial sobre una base de aglomerado u otra madera elegida”. “Utilizo casi todos retazos de jacarandá pardo, ébano blanco, cedro, guatambú, nogal de Italia”.
Lo que sí tenemos que decir es que, luego de la publicación de la nota de LA OPINION (1997), había tenido la oportunidad de exponer una gran cantidad de trabajos, en el Salón de Los Pasos Perdidos del Senado de la Nación (Buenos Aires) con notable repercusión. A partir de allí estuvo presentándose en distintos puntos del país, entre los que se destaca, la XV Feria Internacional de Artesanía, organizada por FUNDART (Fundación para el Desarrollo de las Artesanías, el Arte y la Ciencia).
Muchos hogares humbertinos (y en otros lugares del país) tienen un “Di Martino”, obra atesorada por muchos que saben de lo bueno. El trabajo de éste hijo de inmigrantes sicilianos, también volvió al origen de su apellido. Por intermedio de una sobrina radicada en Italia, había llevado su obra al país de sus papás.
Beto Di Martino ha sido una persona muy simple, muy inteligente y con un gusto destacado; es el mismo que ha viajado por el pueblo en bicicleta toda su vida y hasta no hace mucho, dictando clases de lo que amaba ciertamente: la ebanistería. Es el Beto Di Martino que recordaremos siempre como “el artesano del pueblo”, pero también como gran persona. Nos dejó a los 92 (casi 93) años. En cada obra quedó tu vida, hoy te agradecemos por la amistad que nos regalaste. Que descanses en paz, estimado “Beto Di Martino, el que supo darle vida a la madera”.
FRASES PARA RECORDAR En un destacado de la página de la nota, había un recuadro que relataban algunas frases de Beto Di Martino que reproducimos:
#...mis trabajos se pueden ver de cualquier distancia, eso lo permite el trabajo de incruste, no pierde originalidad.
#...en algunos trabajos utilice entre 15 y 20 clases de maderas.
#...si no fuese ebanista, sería maestro, lloré mucho porque mi papá no pudo pagarme el estudio
#...nosotros siempre fuimos humildes, no teníamos nada, pero, ¿quién de los maestros de aquella época no comió los tallarines amasados por mi mamá Margarita?
#...el mejor recuerdo de mi papá es que nunca mintió
#...el mayor orgullo es poder darle realce a la madera, por eso. La noble madera, renace en las manos del artesano