Diciembre

Nuevamente estamos en diciembre y en el aire pueden casi palparse los apremios por las tradicionales festividades, a los que se suman todos los actos de clausura del ciclo lectivo, con el consiguiente revuelo en las familias, ya que en muchos casos se suceden ceremonias, -de distintos niveles de enseñanza- que coinciden en fechas y horarios. A estos debemos adosarle también las clausuras y cierres de talleres, escuelas y academias artísticas, los que también generan el traslado de familias hacia los distintos sitios donde se ofrecen las representaciones de fin de año.

En este mes, el último del año, tradicionalmente, nos sentimos acelerados y corremos como no lo hicimos todo el año.

Seguramente y para tomar todo con mayor calma y no iniciar el período vacacional totalmente estresados sería bueno que se programasen las cosas de tal modo que al llegar diciembre tengamos solamente que prepararnos para disfrutar la Navidad en familia y recibir el nuevo año con alegría y en paz.

Este año, por los sucesos de público conocimiento, el clima previo a las festividades se vio enrarecido por situaciones que despertaron un hondo temor en la comunidad, aunque en nuestra zona, justo es decirlo, no se registraron hechos graves, pero lo acontecido en diversas ciudades, desencadenado a partir de los saqueos en Córdoba han despertado una inmensa angustia, mucho malestar en los ciudadanos que  temen quedar a merced de esos vándalos, perdiendo  lo que con esfuerzo y trabajo pudieron adquirir.

Es de desear que prime la cordura y el compromiso, en todos los estamentos de la sociedad y se llegue a acuerdos que permita a todos vivir con un salario digno, sin tener necesidad de llegar a reclamos extremos que facilitan estallidos  perjudicando a todos en general.