Dos policías acusados de atropellar cuatro veces y matar a Andrés Bartlett en Corrientes quedaron detenidos con prisión preventiva.
Santiago Emiliano Molina y Sergio Matías Maciel quedaron imputados por el delito de homicidio agravado.
¿Qué pasó?
En la madrugada del domingo vecinos de la localidad correntina de Goya dieron aviso al 911 por la presencia de Carlos Andrés Bartlett en las calles del barrio con un cuchillo mientras se cree que padecía un brote psicótico. La situación se tornó más tensa cuando patrulleros de la Comisaría 1ra acudieron a la emergencia.
Es que en las imágenes obtenidas por las cámaras de seguridad se observa los diversos momentos en los que el cabo y el sargento primero atropellaron con el móvil policial a Bartlett en cuatro oportunidades.
Este jueves por la noche se llevó a cabo la audiencia de medida de coerción donde el juez de Garantías, Darío Ortíz, autorizó que Molina y Maciel sigan detenidos con prisión preventiva.
Esta medida fue aprobada al explicarse que “se dan los dos riesgos procesales que son el de peligro de fuga y entorpecimiento de la investigación”.
“Estimo que existen suficientes indicios como para tener por configurado el riesgo procesal de fuga y de obstaculización de la investigación, teniendo presente para ello el contexto en que sucedió un hecho de suma gravedad, la expectativa de pena de prisión perpetua, la circunstancia de ser funcionarios policiales, los indicios que se mencionaron en cuanto a conductas obstaculizadoras como ser falsear el hecho en la comunicación a la señora fiscal, la concurrencia al domicilio de testigos, la prohibición de filmar o que trascienda dicha filmación, todo lo cual se analiza de manera conjunta y concatenada”, justificó Ortíz.
El informe preliminar de la autopsia destaca que Bartlett tiene escoriaciones y lesiones leves, pero que la muerte fue un paro cardiorrespiratorio no traumático, algo que generó sospechas.
Ante el conocimiento de este grave caso, la fiscal de la Unidad Fiscal de Recepción y Análisis de Casos (UFRAC), María Eugenia Ballará, decidió apartar a la Policía de la investigación y que la Prefectura Naval ingrese a la causa.
“Estando en el suelo rendido, seguían atacándolo. Después de chocarlo cuatro veces, lo dejaron morir por el odio de un enfermo que se dedica a brindar seguridad en eventos populares”, expresó con enojo y dolor Lilia, mamá de la víctima. (NA)