Por Rubén A. Armando
El martes 16 de julio, en LA OPINION digital se informó sobre que un hombre de 61 años de edad, que realizó su carrera como policía en la Unidad Regional V había sido detenido, acusado de la presunta violación de una nieta de 8 años, y se destacó que durante 2008 y 2009 había trabajado como jefe de Orden Público (organismo que tiene a cargo las Seccionales rafaelinas, Comisarías, Subcomisarías y Destacamentos, en todo el territorio del departamento Castellanos.
Dicha designación, implicó resultar la tercera jerarquía de mando en la UR V, detrás del jefe y subjefe de dicha repartición, con todo lo que ello significa.
En la nota de referencia, se mencionó que una mezcla de sorpresa e indignación había generado en la fuerza policial -especialmente en la que labora en el departamento Castellanos-. haber tomado conocimiento de la detención del comisario inspector retirado Oscar Ramiro B.
Asimismo, se puntualizó que la denuncia había sido radicada por un familiar de una nena de 8 años de edad, nieta de quien fue acusado porque habría existido acceso carnal (violación), que quedaría comprobado a través de Cámara Gessel, con resultado positivo en varias cuestiones.
Así las cosas, el fiscal actuante ordenó la inmediata detención (cuando conducía su automóvil) del comisario inspector retirado, a la vez que dispuso el allanamiento de la vivienda que ocupaba en la ciudad de Esperanza, en el vecino departamento Las Colonias.
Finalmente, se lo recordó atendiendo hasta hace algunos meses, un comercio ubicado en la calle Mitre, inmediaciones de la Jefatura de Policía de nuestra ciudad.
A LA ESPERA DEL JUICIO
Recientemente, en relación a lo anteriormente descripto, una persona allegada la Dirección de Trata de Personas, de la Policía de Santa Fe, comentó a LA OPINION digital que "la persona aludida esta procesada, y detenida en la Alcaidía de la Policía de la ciudad de Esperanza, al aguardo del inicio del juicio que se sustanciará por el delito que habría cometido".
Además, puntualizó que "llegado el caso, será la Justicia la que determine su responsabilidad, o no, en lo que se lo acusa, un delito que adquiere una gravedad mayúscula, mucho más si fue cometido en un escenario familiar. De ser así, el vínculo lo hará mucho más grave".
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