Por REDACCION
Con el desembarco de Rubén Rimoldi como ministro de Seguridad de Santa Fe, y de Miguel Oliva como jefe de la Policía provincial, se intensificaron las operativos de control en las zonas calientes de ciudad de Rosario, a fin de que haya presencia policial en las calles rosarinas, una de las demandas de los vecinos y también del gobernador Omar Perotti, después de que en la madrugada del martes pasado, se realizaran pintadas en los principales edificios públicos de la ciudad.
Más allá de las directivas de las flamantes autoridades de las fuerzas de seguridad, la ola de crímenes no cesó, y así fue como el pasado viernes en poco menos de una hora hubo dos nuevos asesinatos en la ciudad.
Tal lo memorado por La Capital, el primero fue el de un joven de 22 años en las inmediaciones de La Mandarina, donde fue acribillado por pistoleros en motos, y el segundo, en barrio Ludueña, donde un hombre fue ultimado a balazos por desconocidos que pasaron por el lugar y abrieron fuego contra la víctima.
SOSPECHOSO
A LA FUGA
En paralelo, en un patrullaje de rutina, integrantes de un patrullero del Comando Radioeléctrico vio al conductor de un Peugeot 208 en una actitud sospechosa, y al darle la voz de alto se dio a la fuga.
Luego de una persecución callejera en la zona sudoeste, se logró detener al vehículo en inmediaciones de en la zona de Bulevar Seguí al 5400, frente a la sede de la Comisaría 19ª con jurisdicción en barrio Triángulo.
En la ocasión se arrestó al conductor, quien fue identificado como Federico Antonio A., de 18 años.
AMETRALLADORA
A requisar el rodado, los uniformados hallaron entre las pertenencias del detenido una ametralladora FMK 3 que, por orden de la fiscalía de Flagrancia en turno, se envió a peritar para determinar si estuvo relacionada con las balaceras y crímenes registrados en las últimas horas.
Se trata de un arma de alto poder de fuego, un subfusil argentino diseñado por Fabricaciones Militares en 1974 ,y que suele ser usado por el sicariato en los ataques armados en Rosario.
AUTO ROBADO
Con relación al vehículo, los investigadores sospechaban que se trataba del que había sido robado el pasado jueves en horas de la tarde en barrio España y Hospitales.
Al realizarse el cotejo de la numeración de la patente se constató que no coincidía.
No obstante, tras corroborar los datos del dominio se comprobó que pertenecía a otro vehículo marca Chevrolet y que efectivamente el auto secuestrado era el que habían sustraído.
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