En una audiencia oral y pública que duró poco más de una hora, el juez de garantías Hernán Postma dictó la prisión preventiva por el plazo de ley —por al menos dos años— para Marcos Natanael S., el principal sospechoso de ser el gatillero que disparó la noche del 29 de mayo pasado contra la estación de servicio de Oroño y Lamadrid para dejar un mensaje tumbero que mencionaba a Ángel Di María.
Este hombre de 21 años fue acusado por los fiscales Franco Carbone y Federico Rébola por dos hechos: primero por el robo de una moto Keller 110 roja y una bicicleta el 25 de mayo, y en segundo término por el ataque a la estación donde dejó un cartel rubricado por "Los Rosarinos", una marca ya utilizada por bandas del oeste de la ciudad, consignó Leo Graciarena de La Capital de Rosario.
Si bien hay detalles que se preservan para no entorpecer la investigación, que continúa su curso y tiene al menos un prófugo, se descartaron dos cuestiones de interés. La intimidación pública que menciona a Fideo Di María no tiene que ver con una guerra entre barrabravas futboleras. Y tampoco por un enfrentamiento entre bandas, aunque algunos de los mandos superiores pudieran encabezar cartelera entre los hampones rosarinos.
Marcos hizo uso de su derecho de hablar. Se adjudicó el robo y el hurto de los rodados, pero dijo que a la moto Keller 110 roja la vendió. "Lo de la moto me la mandé yo, pero después la vendí a unos locos del barrio que venden droga", dijo. Y fue más allá: le aportó a la fiscalía a quiénes se la había vendido, sin dar nombres —que dijo no recordar—, pero hizo un croquis con la ubicación geográfica del punto de venta en los límites de Rosario y barrio Cabín 9. "Con lo de la estación de servicio yo no tengo nada que ver", explicó.
Preguntas
El muchacho respondió preguntas de la defensora pública Nora Gaspire, que giraron en relación a qué hizo con la moto robada, y también del fiscal Carbone, que se orientaron hacia la realidad de su vida en el barrio en el que reside y si conocía a determinados pesados del hampa. Así surgió que Marcos tiene un hermano preso condenado a 18 años por un homicidio en Santa Lucía. La defensa de Marcos pidió la libertad en base a cuestionamientos a la calificación y a cómo se dieron los hechos de acuerdo a su óptica. También la defensora hizo hincapié en el interés de Marcos de colaborar con la pesquisa.
Marcos S. se presentó como un hombre que se compró un terrenito en Santa Lucia, muy cerca de su barrio Godoy natal. Trabaja en el Mercado de Concentración junto a su padre y no está en situación de calle, como se propaló policialmente en algún momento. En el transcurso de la acusación los fiscales lo colocaron como parte de "Los Vaguitos", una gavilla familiar que se dedica a robar a sus propios vecinos en las inmediaciones de Uriarte 7800, en la zona de barrio Godoy también conocida como Los Hornitos.
Los fiscales dividieron en dos la acusación. Primero plantearon cómo entre las 23 del 25 y la 1.30 del 26 de mayo pasado escaló el muro de una casa en inmediaciones de su cuadra y hurtó una bicicleta playera. El dueño de esos elementos es de otro sector de la barriada conocido como "Los Paraguayos". Por estos hechos es que Marcos S. fue acusado por los delitos de robo agravado por escalamiento y hurto agravado por la misma razón.
Luego los acusadores hicieron hincapié en el tema que más interesaba a la sociedad rosarina: el ataque a la estación de servicio de Oroño y Lamadrid, el 29 de mayo a las 21.45. Por esto fue acusado por los delitos de Intimidación pública agravada por el uso de arma de fuego, portación ilegítima de arma de fuego de guerra y daño agravado por el uso de arma de fuego. Pero lo más interesante no fue el repaso de la incidencia armada, que se relató hasta el hartazgo, sino en cómo se llegó a dar con Marcos, el gatillero para la acusación.
La resolución
A la hora de resolver el juez Postma dio dos explicaciones esclarecedoras. Una sobre las huellas digitales y como el verticilo para ser captada por el perito debe ser de una huella dactilar reciente. Y la otra es cómo se desguaza y se rearma una moto a la manera de un Frankenstein, algo que el dueño de la moto Keller que robó Marcos se dio cuenta apenas verla.
"La desarmaron toda", dijo el hombre al verla en la comisaría. En su resolución Postma dijo que si bien escuchó atentamente a Marcos no le creyó respecto a que había vendido la moto a gente ligada con el mundo de las drogas. "Hay evidencias sobradas de que Marcos estuvo en el lugar", dijo.
Hizo mención a dos puntos esenciales. La gravedad de los hechos, por el robo de la moto y su utilización. Y por buscar la conmoción pública utilizando el nombre "de un deportista reconocido como Di María" y "el daño material por el que debieron pasar el dueño de la moto robada, al ver como fue utilizado su vehículo, y el del propio deportista, que son hechos de dominio público".
También se centró en que la pena en expectativa, que podría superar los 16 años, seguramente sería de cumplimiento efectivo. Así se llegó a la mención final: "Dicto la prisión preventiva por el plazo de ley" para Marcos. Esa prisión preventiva vence el 31 de mayo de 2026.