Por REDACCION
Por Héctor V. Rubiolo
En las empresas y organizaciones dentro del Área de Recursos Humanos, el reclutador es una figura de relevante responsabilidad, es la que se encarga de la búsqueda de talento para sumarlo a la nómina de empleados.
A quien se le asigna el rol de reclutador deberá encontrar la forma de atraer a los mejores candidatos y en muchos casos no esperar a que vengan a solicitar el puesto de trabajo. Para esa actividad hoy se disponen de herramientas de tecnologías y búsquedas de postulantes.
Por otra parte, los jóvenes que están en la búsqueda de sumarse al mercado laboral, entre otras cosas deben informar los estudios cursados, experiencias y referencias, entre otros requisitos. Posiblemente de lograr el ingreso el primer período será con la modalidad de un contrato y no por un plazo de 2 o 4 años. Ese tiempo de prueba será una opción para que el empleador resuelva si se adapta a sus necesidades para el puesto y puede continuar en la pyme, empresa u organización.
En pocos días, los argentinos estaremos habilitados para elegir, en un escenario en el que en algunos casos no conocemos estudios profesionales de candidatos, experiencias de trabajo en la actividad privada y/o referencias, un candidato a Presidente que por cuatro años y sin contrato de prueba será quien tenga a su cargo la tarea no menor de conducir nuestro país.
Lógicamente que no es una tarea que la hace una sola persona, así que quien fuera electo/a en 34 días hábiles deberá, con su Gerente de Recursos Humanos o con un reclutador externo, armar los equipos de trabajo, con personas y/o profesionales que no pasaran por su contrato de prueba, al que habitualmente se somete cualquier aspirante a un puesto.
Si hacemos un paralelismo con la actividad de las empresas y organizaciones, el reclutador sabe que la persona que incorpore debe estar en consonancia con los valores que promueve la compañía, sus proyectos y objetivos, en este caso debería estar en consonancia con el plan de Gobierno del Partido que fuera electo, lamentablemente escaso y no muy claramente difundido.
No menos importante es la necesidad que la persona a incorporar debe reunir determinadas habilidades:
-Capacidad para tomar decisiones adecuadas y seguramente en escenarios donde en la primera etapa serán situaciones con algún grado de dificultad.
-Trabajar en equipo y escuchar los comentarios y propuestas que se realicen, esa escucha es interna y de los representantes de sus empleadores (aproximadamente 35.000.000 de votantes) en cada una de las organizaciones intermedias.
-Resolver problemas y cuando los resultados no son los esperados tener la capacidad y humildad de autocrítica y búsqueda de opciones para resolverlos.
Los votantes habilitados tenemos una responsabilidad muy relevante, somos nosotros quienes debemos informarnos claramente de las propuestas, antecedentes, experiencias y referencias de quienes hoy se postulan para conducir nuestra Argentina por los próximos 4 años.
En cada una de nuestras vidas, y dependiendo de la edad del lector, 4 años puede ser solo un periodo más, pero no debemos olvidarnos que para otros pueden ser sus primeros 4 años de trabajo en la profesión o actividad que han elegido, sus últimos 4 años previos a su jubilación, sus 4 años acompañando con esfuerzo y sacrificio para que sus hijos tengan un título profesional, o los 4 años de incubar un proyecto o emprendimiento para poder ver la luz.
Por los malos usos y costumbres en los armados de equipos de trabajo de quien es electo, somos testigos que por existir temas que requieren de confidencialidad, y algunas tareas claves que no se le pueden confiar a cualquiera, se opta por al amigo, familiar o referido de otro político del grupo y lo que puede ser una garantía de confianza, sin haber evaluado las habilidades profesionales para al puesto sino una afinidad afectiva y/o compromiso, en el corto plazo se refleja en una menor calidad de trabajo y en posibles conflictos en la relación con sus pares.
Las aptitudes profesionales deben ser una condición para nivelar hacia arriba la gestión del Estado en cada área de Gobierno y evitar que, sin afinidad de profesión se los reubiquen en otros sectores cuando en la tarea para la que fueron designados no tuvieron los resultados esperados. Asimismo, y con el esquema de mandatos vigentes, el reclutador tiene que hacer esa tarea en algunos casos cada dos años y/o cuatro años, en algún momento será propicio que se genere un debate para su revisión.
Es un modelo que entendemos ya cumplió su ciclo, tenemos en el país demostrados casos de profesionales en distintas áreas. Será para la creatividad del reclutador la tarea de convocarlos para asegurar el éxito de sus planes de gobierno.
Para el próximo 22 de Octubre tenemos una indelegable responsabilidad… Gerente de Recursos Humanos, en esta instancia, somos todos…
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