Por Virginia Valenzisi
Por Virginia Valenzisi
20 de febrero, faltan 6 días (tres días hábiles como les gusta decir ahora para remarcar la proximidad) para el inicio de clases, según el calendario oficial de la provincia de Santa Fe. Hoy los Ministros de Educación y Trabajo se reunirán con los representantes sindicales en una nueva mesa paritaria.
Estoy empezando a escribir a las 7 am mientras me preparo para ir a las escuelas y ya se lo que va a pasar esta tarde. Y no porque sea adivina, sino porque conocemos que históricamente al gobierno que no es del palo se le hacen múltiples paros y se busca poner a las bases en contra.
Encima, al gobierno de Pullaro se le ocurrió exponer dos cosas. Dos cosas criteriosas y cargadas de sentido, pero que puso a los representantes a zapatear como nenes caprichosos en los pasillos de la juguetería cuando los padres decimos “no puedo, no hay plata”.
¿Qué fueron esas dos cosas tan graves que plantearon desde la casa gris y el Ministerio de Educación? La primera fue que hubiese en la provincia en el mes de enero dirigentes gremiales para comenzar con las reuniones paritarias, lo que trae aparejado la “pérdida de un derecho” que no van a dejar de remarcar en cada posteo de Equis ni en los medios de comunicación: no se pudieron ir de vacaciones en enero.
La segunda fue dejar sobre la mesa una de las grandes problemáticas que hay en educación: el ausentismo docente. Lo que sugiere, nuevamente, otra “pérdida de derechos”. ¿Quiénes son Pullaro y Goity para venir a decir que no me puedo tomar más licencia por un familiar que no esté a mi cargo? ¿Quiénes son ellos para venir a exponer las licencias por “estudio” que resultaban ser vacaciones en medio del ciclo escolar? ¿O la práctica perversa de titularizar en cualquier escuela y licenciar por cualquier motivo todo un año “porque no me gusta la zona”? ¿Tan autoritarios pueden ser como para destapar la olla y decir que se están pagando 4 sueldos en 1 cargo? ¿A quién se le ocurre asumir en diciembre y empezar a auditar en enero?
El sistema educativo esta “jodidamente” complicado, y las décadas de facilismo para el estudiante supusieron (en muchos casos) facilidades para los docentes.
Por supuesto que, mientras escribo, ya voy sabiendo todos los términos con los que me van a etiquetar colegas y repudiar sindicalistas, pero, gente, esto hay que decirlo.
Son las 7:25 del martes 20 de febrero y llevamos más 15 días de hablar de las medidas de fuerza y de que “no preparemos las mochilas”. Porque no hubo más reuniones, porque el gobierno nacional, porque el 36% que firmaron con Perotti después de que haya perdido las elecciones y a nada de terminar su gestión. Argumentos o excusas, como quieran tomarlos.
Para los que no recuerdan, vamos a pasar el plumero y quitar telarañas de algunos recuerdos perdidos, olvidados en el olvido. En el año 2020 hubo paritaria en septiembre (¡sí, ya se! Que la Pandemia y esto y lo otro). Pero, ¡septiembre, señores! Donde se nos abonó un 10% de aumento, 6% en calidad de remunerativo no bonificable (donde sí entra el descuento de la cuota sindical) y un 4% no remunerativo, no bonificable (en negro). Saben cuál fue la inflación del 2020 (con pandemia y esto y lo otro)? Del 36%.
Ah! Pero estas administraciones nos están dejando atrás.
Vamos con otro recuerdo olvidado: del 2021 al 2023, todos los días previos a las reuniones paritarias con la Ministra Cantero o el Ministro Debloc, los gremios hacían circular un mensajito entre sus afiliados notificándolos de que se iba a plantear y sostener con firmeza el regreso de la cláusula gatillo. ¿Y cuando la consiguieron? En el tercer trimestre del 2023, para cobrar en 2 meses intercalados y para la posteridad, total la gestión Perotti estaba de retirada.
Otro más: Sonia Alesso diciendo en diciembre que el sueldo docente quedó 83% atrasado. ¿Culpa de las bases? ¿De los chicos? ¿De la gestión que asumió el 10 de diciembre?
Como a muchos les gusta hablar de números concretos cuando se trata de salario docente les comparto una comparación que los va a dejar, al menos, pensando. Después de la histórica lucha de la carpa blanca, en 1999 un docente de secundaria que recién ingresaba cobrara U$S 880. Hoy, después de décadas ganadas e interminables gestiones sindicales exitosas, un docente de secundaria que recién se inicia cobra U$S 366.
Lejos estoy de decir que no hace falta recomposición salarial o que los docentes estamos en la cúspide de la pirámide de los asalariados. Es un simple recordatorio a los colegas y a la sociedad sobre la debacle de nuestras condiciones, para abrir los ojos ante discursos cerrados y caprichosos.
Cuando la plata no alcanza uno siempre empieza a recortar por lo innecesario. Quizás por ahí viene el miedo. Doce mil pesos por mes de aportes para esto, quizás sea innecesario en el pensamiento de muchos docentes.
Docente del nivel secundario. Diplomada en acompañamiento y supervisión de la tarea docente. Presidente de la Asociación Civil Docentes por la Educación.
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