Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Notas de Opinión Miércoles 6 de Septiembre de 2017

Cambio de paradigma

Leer mas ...

Juan Carlos Fessia

Por Juan Carlos Fessia

El país más poblado del mundo tiene casi 1300 millones de habitantes, habiendo transitado durante años bajo la conducción del líder comunista Mao Tse Tung y su revolución cultural. A la muerte de este se produjo “la Perestroika china” y junto a ella la limpieza política del fenecido régimen y el potencial cambio estructural.

Inglaterra, tuvo que cumplir su compromiso internacional y devolver a China, su territorio de Hong Kong, producto de haberse apropiado en su expansión colonialista y concluyendo en el año 1997, su situación de acuerdos logrados, era el puerto principal del gran país asiático. Uno de tantos enclaves coloniales que Inglaterra, no pudo evitar devolver, porque China, no era la República Argentina.

Inglaterra influenció para intentar desarrollar un sistema democrático en la población bilingüe de Hong Kong y este levantamiento se transformó en lo que se llamó “la guerra de los paraguas”, contundentemente sofocada por el gobierno chino.

China hoy sigue siendo el país comunista más grande del planeta, todo su sistema político está ordenado bajo este régimen y todo su sistema económico transformó la ideología en beneficio de sus habitantes.

La revolución económica china supera toda realidad pensante posible. Es el mayor productor de materias primas elaboradas, el mayor comprador y el mayor vendedor. EE.UU. es su principal deudor en tanto que los productos fabricados en China invaden Europa, Asia y América.

La moneda de este gigante asiático, el yuan, aspira a tener control internacional, está en condiciones de dejar a un costado al dólar y al euro, pero el Politburó chino, con la diplomacia de un mandarín, considera que no ha llegado el momento.

No todo lo que brilla es oro: la pobreza extrema es del 4 % aproximadamente del total de la población. En términos porcentuales es bajo, pero al tratarse del país más poblado del planeta son muchas personas que viven en condiciones socioeconómicas adversas. 

El dirigente comunista Deng Xiaopin fue el ideólogo de la revolución económica, la cual continuó el actual presidente Xi Jinping, haciendo con sus colaboradores una mezcla de conceptos en la política, modificó el sistema comunista y a partir de la producción y el logro del bienestar general, armonizó con el capitalismo social, una nueva forma que permita que la producción y las ganancias se vuelquen al pueblo.

El nivel de inflación anual en China es del 1,9 %, la inteligencia artificial es 50 veces superior a la lograda por EE. UU. 

Desde el 2009 se crearon 50 millones de empresas, tiene 190 millones de graduados universitarios y se pretende lograr al mediano plazo una fuerza laboral de 900 millones de operarios, preparando la nueva generación del conocimiento tecnológico.

La clase del campesinado se está raleando y transformando en un aumento elevado de la clase media urbana. El progreso es constante en las ciudades y en el campo se está utilizando toda la tecnología de punta, para superar el déficit generado en la explotación rural.

China produce muchos alimentos y no puede detenerse, su consumo es constante y no se puede regular.

Hoy el país asiático con sus virtudes y defectos ha pasado a ser la primera potencia mundial, Europa lo sabe, Rusia la acompaña, América la espera y EE.UU. está desorientado y preocupado, por su propio futuro.




 

Seguí a Diario La Opinión de Rafaela en google newa

Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.

Te puede interesar

Teclas de acceso