Por Fabio Ferrer
Justo una semana antes de que finalice su mandato al frente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el ministro Carlos Rosenkrantz llamó a una audiencia para mañana jueves para elegir a quien lo sucederá en el cargo. El ciclo de Rosenkrantz al frente del máximo tribunal tiene fecha de vencimiento el próximo 30 de septiembre y, tal como anticipó Infobae, habría un principio de acuerdo sobre el nombre de quien será, a partir del mes de octubre, el nuevo presidente.
El texto de la acordada -que se mantiene en un estricto secreto- indicaría que el nuevo Presidente de la Corte Suprema de Justicia será Horacio Rosatti. Para llegar a esta elección, el voto decisivo sería el del cordobés Juan Carlos Maqueda, y el ex ministro de Néstor Kirchner contaría también con el aval de Rosenkrantz, quien quedaría como vice del alto tribunal.
Este medio también contó que el secretario de uno de los jueces había adelantado que la elección de las nuevas autoridades se había preparado como una sorpresa que se iba a conocer el pasado martes 14, después de las PASO; sin embargo, la novedad se postergó -primero- para el martes próximo y -luego- se adelantó para mañana. Se trata de un acuerdo extraordinario se realizará por Zoom a partir del mediodía. El llamado se concretó sorpresivamente después del acto de entrega de los premios ADEPA.
Dentro del Tribunal, pareciera que hubo cambios de actitud muy importantes. El juez Juan Carlos Maqueda asumió un rol protagónico en los dos últimos años, porque redactó varios fallos que Rosatti terminó firmando. También parece haberse radicalizado porque los dos últimos fallos en Molinos y Axion, con votos de Maqueda-Rosatti, han provocado una extrema preocupación.
Rosenkrantz, que parece haber claudicado en la idea de una renovación de su mandato y parece estar resignado a aceptar una presidencia de Rosatti, con quien no comparte ninguna idea, principalmente en lo referente a cuestiones empresariales. Elena Highton no desea la presidencia ni ha sugerido cuál es su posición.
No son pocos los que transitan a diario tribunales que al analizar el actual panorama ven que se estaría tropezando dos veces con la misma piedra. “Esto ya pasó y no funcionó”, dicen en referencia a esa especie de “golpe” liderado por “Pepín” Rodríguez Simón para colocar como presidente del tribunal a Carlos Rosenkrantz, jugada que terminó desprestigiándolo al aparecer como impuesto desde afuera de la Corte. Las sentencias tampoco fueron las que esperaba la mesa judicial macrista. Elegir un presidente de la Corte es muy distinto a armas las mayorías necesarias para los fallos. La “nueva mayoría” para ungir al sucesor de Rosenkrantz no es un pase libre que garantice que esas voluntades se trasladen a las sentencias. Ahí hay otra dinámica que amerita un análisis que no es objeto de esta crónica.
Desde aquel momento y ante la situación que se planteó, Rosenkrantz decidió protegerse a sí mismo y se excusó en todas las causas que tienen alguna relación con el macrismo o con las empresas para las que trabajó como abogado. Ya son más de 100 excusaciones en esas causas, algo inédito en la historia del Poder Judicial. A poco de asumir, el 1° de octubre de 2018, sus colegas lo vaciaron de poder y le sacaron todas las facultades y los fallos salieron en contra del macrismo, con la llamada “mayoría peronista”, que tampoco duró mucho, porque ahora cada uno está por su lado.
En el mundo de la política las opiniones son coincidentes en cuanto al mal funcionamiento de la Corte en los últimos años. Las quejas provienen desde distintos operadores judiciales. Los gremios y las asociaciones de jueces han hecho saber su descontento, y también las críticas son de un tenor similar por parte de los abogados que litigan en la Corte, quienes manifiestan que se ha perdido previsibilidad. En este escenario, mañana al mediodía los ministros elegirán a un nuevo Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación para los próximos tres años.
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