Por REDACCION
Por Fernando Algaba
El adoquinado o empedrado de la ciudad de Rafaela es una de las “señas particulares” que la identifican. A veces nos gusta que sea así, otras nos fastidian, siempre motivo de debate por ciclistas, motociclistas y automovilistas en general.
94 años pasaron desde que se sancionó la Ordenanza N°305 que autorizaba al Ejecutivo Municipal de Rafaela comenzar a pavimentar con granitullo y cordones de granito las primeras 136 calles de nuestra ciudad. Esto ocurrió a partir del 20 de agosto de 1927. En ese entonces fueron colocados, uno por uno, 18.500.000 adoquines, provenientes de las milenarias montañas noruegas de Jotunheim.
21 años desde que, debido a su deterioro, se viene implementando un plan de restauración del adoquinado rafaelino. La idea de la Municipalidad es recuperar la mayor parte de las calles deterioradas. Sus 3 objetivos fundamentales son: recuperar el Patrimonio Urbano; acondicionar para el tránsito los pavimentos de piedra y crear trabajo productivo en la ciudad.
En diciembre de 2009 se decide conservar al empedrado rafaelino en su totalidad, incluyéndose en la lista de bienes protegidos de la ciudad. La normativa fue aprobada por el Concejo Municipal con una votación de 7 a 1.
A junio de 2022 el resultado es de 173 cuadras readoquinadas sobre 217 cuadras a reparar. Eran 228, pero 11 cuadras fueron repavimentadas en concreto asfáltico. Faltan 44 cuadras. Desde 2001 hasta esta fecha el promedio de cuadras readoquinadas ha sido de 7,9, por lo que a este ritmo, en 5 años y medio se estaría finalizando la gran obra de readoquinado.
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