Las mujeres del campo fortalecieron su vínculo

Por REDACCION

En la renovada Casita del Té de la Sociedad Rural de Rafaela tuvo lugar el sábado cerca del mediodía un encuentro especial organizado en el 27 aniversario del Grupo de Ayuda de Mujeres Agropecuarias, un espacio que en su momento era único para que aquellas que trabajan todos los días haciendo crecer al campo.
Con la coordinación de Silvana Moos, responsable de comunicación de la entidad, el intercambio contó con la presencia de muchas mujeres vinculadas al sector agropecuario, que escucharon las historias personales, pero que también se emocionaron al entender que el avance de cada una de ellas tiene impacto en las comunidades, en las familias y en las instituciones en las que intervienen, durante el segundo día de la 115° ExpoRural de Rafaela y la Región.
La Ing. Agr. María Rosa Scala, es actual directora Nacional Asistente de Transferencia y Extensión del INTA. Trabajó siempre para brindar herramientas a quienes producen, a quienes hacen a la actividad agropecuaria, con una mirada sobre el rol femenino que permitió siempre generar diferencias positivas y no comparativas a la hora de generar resultados.
“La empatía que tenemos las mujeres, por el simple hecho de ser mujeres tenemos que seguir desplegándola. Tenemos la capacidad de incluir innovaciones, nuevas miradas. Todo hace que los espacios crezcan y espacios como el de GAMA sean catalizadores, que los procesos se aceleren y resulten muchas cosas buenas”.
“En el espacio de la Rural hay muchas cosas buenas que se generan, eso está a la vista”. Scala es de Rafaela, conoce el trayecto recorrido por el grupo GAMA y les pidió que “sigan para adelante y sigan incorporando perfiles diferentes de mujeres, porque cada una tiene algo para dar, ser siempre abiertas al crecimiento. Donde están ustedes todo crece”.
“Tenemos que seguir poniendo amor en el campo, cada una ocupa su lugar, haciendo crecer a toda la ruralidad. Las mujeres podemos ir siempre para adelante y sabemos que desde lo colectivo siempre es más sencillo avanzar”.
María Rosa recordó que más allá de las tareas de cada una, “no tenemos que dejar de cuidarnos, a nosotras mismas, merecemos nuestro tiempo para hacer lo que nos gusta, cuidar nuestra salud y cuidar nuestros espacios, de soledad o de encuentro, porque son cosas necesarias”.
Nancy Peiretti es productora agropecuaria, decidió hace algunos años hacerse cargo de un campo familiar y asumir todos los desafíos y las decisiones para hacerlo crecer y de esa manera generar bienestar. “Rescato siempre la importancia de trabajar en familia, en equipo con quienes están en nuestro campo. Todos tenemos que estar a la par y encontrar el apoyo en los que más saben, que en mi caso es mi mamá”.
Nancy es decidida y encontró en este desafío de encabezar una empresa agropecuaria familiar una motivación para seguir adelante, a pesar de los impedimentos climáticos, pero sabiendo que con el trabajo decidido es una actividad que se puede disfrutar.
La Ing. Agr. Soledad Astesana, como productora agropecuaria de Sunchales y con énfasis en las actividades comunitarias, dejó un mensaje de superación personal, pero con una mirada especial. “Seamos líderes, que significa dejar de hacer algo mío para poder ayudar a otras. Vamos a ayudarnos entre todas, seamos líderes en el sentido de juntar gente. Cuando sumemos y vayamos para adelante muchas más nos van a seguir. Tengamos ideas concretas, veamos cuáles son las necesidades de la gente”, porque aunque algo parezca simple, siempre puede ayudar a muchas personas.
Finalmente, la Ing. Agr. Romina Urso, que es directora de la Esc. Educ. Técnica Prof. Part Incorp. N°2010 -IDESA, contó su historia personal también como productora agropecuaria, que se remonta a la decisión de sus padres de tomar un crédito y comprar 16 vacas y una ordeñadora de cuatro bajadas, que le permitieron a ella y sus hermanos estudiar, tener hoy en esa iniciativa familiar unos cien animales en producción y unos 1.600 litros de leche que permiten el progreso de todos.
Trasladando su experiencia y actualizándose ante las necesidades de sus alumnos, hoy conduce una de las instituciones educativas más reconocidas de la región, que forma a quienes a mediano plazo encabezarán las unidades productivas que seguirán produciendo alimentos con cada vez más sofisticación, pero con criterios sólidos y el convencimiento de hacer crecer al campo, desde el corazón de la cuenca lechera.
Su mensaje es que “tenemos que apostar a la educación, nosotras somos en la gran mayoría madres y tenemos que trabajar para que nuestros hijos se eduquen. Es la única manera para que nuestro país salga adelante, nuestro campo florezca y seamos muchas mujeres rurales más, siempre”.