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Locales Sábado 21 de Septiembre de 2024

Conversatorio sobre la mujer y el campo: tarde de encuentro, memoria y aprendizaje

El viernes por la tarde, en el marco de la 117° Expo Rural, se llevó a cabo un conversatorio sobre la mujer y el campo, atravesado por la emoción de las anécdotas compartidas.

Agrandar imagen En el conversatorio.
En el conversatorio. Crédito: FOTO SRR.

El Grupo de Mujeres Agropecuarias (GAMA), en vísperas de sus 30 años de actividad en el seno de la Rural rafaelina, organizaron un conversatorio titulado “La Mujer y el Campo, vivencias y aprendizajes en primera persona”. Este se llevó a cabo el viernes por la tarde; fue un espacio de intercambio, diálogo y emoción.

Al comienzo, la diputada provincial, Gisel Mahmud, hizo entrega del reconocimiento a este evento, que fue declarado de interés provincial por la Cámara de Diputadas y Diputados de la Provincia de Santa Fe, con iniciativa de Clara García.

El auditorio estuvo colmado -no solo de mujeres, sino con una audiencia amplia, variada y muy atenta- con la presencia de autoridades de la Rural rafaelina, el intendente Leonardo Viotti, concejales, funcionarios, las integrantes de GAMA y público en general.

Estas ocho mujeres apasionadas por la actividad agropecuaria compartieron sus historias, anécdotas y visiones, con sencillez y humildad. Cada una en su rubro ha podido marcar una diferencia, con esfuerzo, con actitud, con una fortaleza que es meritorio reconocer.

 

Una de las presencias más destacadas en el panel de presentación fue la de Gisela Scaglia, vicegobernadora de la Provincia de Santa Fe. En sus palabras, contó su historia, desde la infancia: “Soy del campo. Viví 12 años en la zona de Gálvez. Soy hija y nieta de productores agropecuarios. Mi historia es parte de la historia de todos nosotros. Soy la primera hija que fue a la universidad pública. Soy quien soy por las discusiones entre un abuelo muy peronista y otro muy radical, y un padre y una madre que resignaron comodidades e hicieron muchos sacrificios para que yo pueda llegar donde estoy ahora. Estar muy ligada al campo es muy bueno, y también desafiante para la toma de decisiones".

 

Por su parte, María Beatriz “Pilu” Giraudo, productora y vicepresidente del INTA, expresó: “Soy de Zenón Pereyra, hija de productores, piamontesa de pura cepa. Típica familia de pueblo: papá es productor y escribano, tiene 81 años y sigue con ambas ocupaciones. Mi mamá y abuelos también han estado ligados a la actividad. Mi papá nos marcó mucho con la participación institucional. Desde muy temprana edad, nos insistió en formar parte de instituciones para conocer otras realidades, otras miradas y compartir con otros la riqueza de trabajar para muchos. Fue fundador de AAPRESID, y nosotros, en aquel momento jóvenes estudiantes, sentimos ahí las puertas abiertas para integrar la universidad a la realidad. Formamos AAPRESID Joven. En este camino fui ocupando distintos lugares en la empresa de la familia, también como profesional en asesoramiento, y en instituciones, tanto en Argentina como afuera. Siempre ligada al estudio de la tecnología para producir y cuidar el ambiente al mismo tiempo, y poder llevar la experiencia a otros productores del mundo, desde INTA, entidad que con casi 70 años, que tuvo un rol colaborativo en tantas revoluciones del sector.”

A su turno, Sara Gardiol, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (Carsfe), dijo:Soy hija única, lo que tiene sus pro y sus contras: supuestamente no tengo problemas de familia, pero hay que ‘tirar del carro’ todos los días y las decisiones pasan sólo por una. Mamá y papá trabajaban en el campo, ella me llevaba en la panza cuando hacía el tambo. Mi padre ha sido una persona de avanzada. Cuando yo tenía 12 años, me dijo: ‘Terminá la primaria y vas a ir a vivir de pupila a Rosario’. Nunca voy a terminar de agradecer esa decisión. Soy de un pueblo que se llama López, de 1000 habitantes. Y esa experiencia me permitió abrir la mente, conocer gente, otras realidades. De adolescente pude ir a EEUU tres meses. Estas experiencias me marcaron, no en lo material, sino porque pude entender la idea de progreso, de apertura, que tuvieron mis padres. Fui contadora, empecé a trabajar en la Rural de Gálvez y llegué a la presidencia de la Confederación, donde somos nexo entre los productores y la política.”

Yanina Smerling, productora de Rincón del Pintado, Santa Fe, comentó: “Vengo de una familia urbana. Nací en la ciudad de Santa Fe. Mi abuelo fue asesor de Don Francisco Bertolino, hijo de inmigrantes italianos, del departamento San Martín. Un hombre visionario, muy preocupado por el éxodo rural de los 70. Durante la relación de amistad con mi abuelo, Bertolino decidió crear una fundación a su nombre y dejar su campo para una escuela de formación en actividades rurales. Mi padre terminó de crear la fundación en el 78, año que nací. Toda mi vida fui al campo, los viernes después de la escuela, infaltablemente. Hace 20 años empecé a acompañar a mi padre, que también es productor, y arranqué de abajo, de a poquito en la manutención de la escuela, que sigue en pie al día de hoy. De joven pensaba “al revés”, con demasiadas expectativas, y una actitud no muy adecuada. Fui aprendiendo mucho sobre la marcha. Ese crecimiento lo debo a animarme a ir al campo, a enfrentarme conmigo, con mis miedos. Aprendí, me ha dado empuje. Y acá estamos. Ese fue mi camino. Rescato el haber tenido actitudes diferentes, en los diferentes momentos que nos tocó atravesar".

Con emoción, Analía Gaviglio, presidente de Gaviglio Comercial SA, sostuvo: “Tuve una bisabuela, que se enocontró en el campo con 5 hijos, y decidió irse, contra todas las críticas, a abrir un almacén de ramos generales. La pasión de mi abuela por el ‘hacer’ fue pasando de generación en generación y es lo que me ayudó a sobrellevar muchas situaciones difíciles. Mi labor siempre fue empresarial, acompañando a mi padre. Él me permitió integrarme a la empresa, pero me probó por todos los rincones. A la distancia, entiendo que siempre me quiso proteger de ese mundo tan masculino. Cuando decidió retirarse yo dije: ‘Bueno, sigo, pero con la condición de que me dejes formar mi equipo’. Acomodar la compañía para que siguiera otra generación fue un gran desafío. Mi trabajo es acompañar al equipo y alentar a las nuevas generaciones a que quieran continuar. Disfruto escucharlos, mucho. El mundo cambia y tenemos que estar abiertos. Tener curiosidad es fundamental, y si somos capaces de construir un buen diagnóstico, el éxito casi lo tenemos asegurado".

Elisa Armando, productora agropecuaria de Rafaela, se ocupó de hacer reír a todos los presentes con sus anécdotas: “Hace 70 años que estoy en la actividad lechera. A los 17 años, me enamoré de un rubio de ojos celestes y con él inicié un romance. También con las vacas holando. Veintisiete años compartí con mi marido y maestro, Juan Carlos: hombre brillante, jurado, expresidente de la SR Rafaela. Yo aprendía con él todo el tiempo. A la noche, estudiábamos catálogos de centros de inseminación. Siempre fui una convencida de querer industrializar nuestra producción. Cuando falleció Juan Carlos, saqué un crédito y con mi hijo levantamos una pieza, una primera fábrica. 41 años cumple hoy esa fábrica. Soy trabajadora, me gusta la pala, no soy empresaria. Tengo 87 años y estoy al frente de la actividad, con ayuda de mi hijo, mis nietos, de empleados que han palpado al campo, como yo. Hace 37 años una vez a la semana nos reunimos con el personal. Tomamos mates y programamos de una manera sencilla, amable, con mucha cordialidad. Aprendí a formar grupos humanos mirando Fórmula 1, comprendí que es tan importante el que diseña el auto como el que aprieta una tuerca. Todos los eslabones de la cadena son igualmente importantes. Mis empleados son un lujo".

Lisselotte Diz, productora y presidente de ACHA, sumó a la conversación contando sus comienzos y su historia:. “Heredé el nombre de mi abuela materna, de Alemania, que vino de muy chiquita a Argentina. Con su familia, eran tamberos allá. Durante el viaje, ocurrió la devaluación del marco alemán, y llegaron con muy poco. También heredé la pasión de mi rama paterna. Mi papá fue jurado, genetista. Mis vacaciones y fines de semana eran en el campo, jugando y trabajando. Estudié Ingeniería en Producción Agropecuaria, y cuando cursé la materia Producción en Leche mi papá me dijo: ‘Bueno, este verano te vas a ordeñar’. Y fui todo enero, a la madrugada y tarde, a ordeñar, para saber cómo se hace. Me recibí, estuve en Madison (EEUU), y a la vuelta trabajé en otros tambos, fuera de la familia. Hoy sigo asesorando. Con ACHA estoy relacionada desde chiquita. Y soy la primera presidente mujer.”

Para finalizar, Natalí Maldonado, jefe de Servicio de Grosso Tractores, dijo: “Empecé a trabajar en la empresa sin experiencia en el rubro. Y una tarea clave del puesto es analizar la cartera de clientes. Ahí empecé a interiorizarme sobre el trabajo del campo. Aprendí, me crucé con profesionales que me brindaron tiempo para explicarme, para que pudiera entender un plan de campaña, las actividades del rubro. Encontré una calidad humana del otro lado, que me sorprendió. Comparto la jefatura con el jefe de taller y ahí me encuentro con la otra parte de la actividad: cuando al productor se le rompe una máquina, no quieren hablar con una mujer. Pero la calidez de los equipos que comparto es una realidad, con compañeros que en estas situaciones me ayudaron a ubicarme en el puesto que tengo. Las metas y objetivos están, una los tiene, y se logran en compañía, con gente que te ayuda a crecer".

Sin dudas, las mujeres y el campo tienen una relación especial. Y el intercambio con estas panelistas excepcionales fue una clara muestra de este vínculo. El Conversatorio se celebra así como un espacio muy significativo, que vale la pena reforzar y continuar.

 

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