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Locales Domingo 19 de Marzo de 2023

Ale Segatti dejó 22 años de trabajo en oficina por su ADN de carpintero

Hoy es San José, el padre de Jesús, a quien se lo considera como el símbolo de la carpintería y la artesanía. En la Argentina se celebra el día de los carpinteros, artesanos y de los industriales de la madera. Alejandro Segatti cuenta cómo pasó de trabajar 22 años en la oficina de una gran empresa rafaelina a la carpintería familiar que inició su padre Andrés.

REDACCION

Por REDACCION

En la Argentina se celebra, cada 19 de marzo, el Día del Industrial Maderero, el Día del Carpintero y el Día del Artesano en recuerdo de José de Arimatea, padre de Jesús de Nazareth. Sucede que según las antiguas escrituras, José era carpintero. Como hoy la Iglesia Católica conmemora el Día de San José, entonces también festejan aquellos que se dedican a la carpintería, al negocio de las maderas y a las artesanías. 
Y en Rafaela uno de los que disfrutará de su día es Alejandro Segatti, quien hoy está al frente de la carpintería familiar que acumula años de historia. Pero su recorrido no fue ir derecho a cepillar maderas, lijar, fabricar o martillar clavos sino que la vida lo puso en un escritorio de una empresa grande de Rafaela donde aprendió comercio exterior, ventas y también logística. Y desde hace un puñado de años el círculo parece cerrarse cuando volvió al mundo del aserrín casi sin querer queriendo, como decía el célebre personaje que todos conocemos.
"Segatti Carpintería es una empresa familiar con una historia que lleva varios años. Todo comienza con mi papá, Andrés, en su pueblo natal de Suardi. En aquellos tiempos, sino no ibas a estudiar tenías que trabajar. En su adolescencia entró a un taller de carpintería donde aprendió a trabajar la madera y los secretos del oficio. Después vino a Rafaela, ingresó a la empresa Prola para dedicarse a los amoblamientos. Luego aprovechó una oportunidad en EMC Muebles, donde estuvo muchos años y acompañó el crecimiento de la empresa con todo el equipo", sostuvo Alejandro en un ejercicio de memoria para encontrar las bases de este presente, su presente entre maderas y herrajes, pinturas y lustres.
Un día como cualquier otro, Andrés decidió emprender y abrir su propio taller de carpintería. "Comenzó a trabajar con algunos pedidos y además alternaba trabajos con otros históricos como Héctor Beltramino y con Alassia y Gastaldi, en los dos casos para realizar carpintería de obra como techos, pisos y de revestimientos entre otros. Aprendió especialmente en estos rubros", cuenta Alejandro.
¿Y por casa? "En mi pre adolescencia, mi papá empezó a llevarme a las obras para que ayude en lo que podía. En ese momento empecé a conocer lo que era el trabajo de la carpintería, puntualmente en la especialidad de obra y demás. Si bien me interesaba, continué con los estudios, durante la secundaria siempre seguí haciendo colaboraciones con mi papá. Pero al terminar esa etapa arranqué a estudiar el Profesorado de Inglés. En ese tiempo también me sumé al staff de EMC Muebles, de Toto Casanova, por el contacto de mi tío, hermano de mi papá", relata en lo que parecía cumplir con su destino familiar... 
Sin embargo, hubo un giro y dejó las maderas a un costado del camino. "Después de unos meses, por estar estudiando el Profesorado de Inglés me salió una oportunidad en el sector de comercio exterior de Limansky S.A.. Era un reemplazo pero me quedé en el negocio de los colchones. Hasta el 2003 en ese área, después me trasladaron al departamento comercial donde aprendí muchísimo, la relación con clientes, lista de precios, cobranzas, ventas, entre otros. Con el tiempo, me fui a Logística, donde también aprendí otros factores que hacen a la producción industrial, como la fabricación, el armado, la entrega", sostiene en el marco de reconstruir y compartir su historia personal. 
"Durante más de 22 años trabajé en Limansky, en distintos sectores donde aprendí mucho. Me capacitaron por lo que fui creciendo y manejando diversas herramientas. Fue una gran experiencia con gente hermosa y una empresa sólida", señala. "Todo eso que aprendí, más allá de las diferencias de rubro y escalas, es lo que uno pretende trasladar y aplicar en la carpintería. Llevar otra administración, la publicidad, el marketing, el servicio, la atención al cliente, todas cosas que marcan la evolución de la actividad puesto que antes no se hacían porque mi papá antes esperaba que lo busquen, ahora tenemos que ir por el mercado", cuenta ya en su rol de emprendedor con cierto recorrido.
-¿Cómo fue el volver al taller?
-Me involucro en la carpintería más directamente en el 2010, no es que estaba desaparecido ya que ayudaba a mi papá en los momentos que podía. En 2010, cuando comenzamos a construir la casa, decido hacerme cargo de fabricar las aberturas, el cielorraso, el piso de parket, el amoblamiento... todo para la familia. A partir de todo eso que fui haciendo, y que vieron mis amigos, conocidos y relaciones, me empezaron a consultar si podía reparar muebles o directamente fabricar una mesa, esto o lo otro. Entonces me fui metiendo otra vez pero un poco más, con pequeños muebles y otros artículos mientras mi papá ya se empezaba a retirar. En algún momento, entonces, me preguntó ¿por qué no? Dejé una empresa que da seguridad por esto de emprender, que significa a su vez aprender mucho más. Un gran desafío que sigue todos los días.  
-Para hacer un cambio de este tipo hay seguridad, pero a veces también algún grado de incertidumbre. 
-Claro que sí, pero la decisión estaba firme. Como también trabajaba en el taller con otros colegas, se hizo más fácil porque me dieron una mano y son una especie de mentores para mí en lo que es la carpintería. En especial destaco a Pedro Kindernecht, que era muy gracioso, excelente persona, nos llevábamos muy bien y aprendí muchísimo, sobre todo lo que tiene que ver con aberturas, que es quizás lo que más me gusta. La carpintería de obra, techo, piso, revestimientos y otras cosas.
-Al parecer fue la decisión correcta. 
-Sí, salió bien. Pusimos todo lo que teníamos a nuestro alcance para arrancar, crecer y consolidar la carpintería. Pero todos los días hay que ir por más. 
-¿Cuál es la actualidad de la empresa?
-Hoy Segatti Carpintería es un taller que combina la fabricación tradicional con ideas innovadoras, modernas. Eso nos define, la flexibilidad para responder a los pedidos de nuestros clientes. No es solamente carpintería que se dedica exclusivamente a madera sino también todo lo que hace al negocio, como el asesoramiento, charlar con el cliente, escuchar para saber qué busca y así ofrecer soluciones. Hay que tomar medidas, hay que siempre explorar los productos, las maderas, las pinturas. Seleccionar maderas, elegir herrajes, definir pinturas o lustres, entregar un producto y colocarlo si es necesario. Se trata de saber bien qué quiere el cliente, para qué y por qué. Explicar y hacer un poco de docencia. Lo más lindo que hay es que el cliente quede conforme con el producto terminado. 
-¿Cómo sigue Segatti Carpintería?
-Poniendo el hombro todos los días. Pero no se trata de estar siempre adentro del taller. Me gusta estar siempre capacitándome, aprendiendo, ya sea en lo que es carpintería, pintura en general y en lo que tiene que ver con la venta, el marketing. El año pasado pude ingresar al programa Mentorías, del Centro Comercial e Industrial de Rafaela y la Región. Es una excelente oportunidad de desarrollo y crecimiento, un espacio de aprendizaje que además permite relacionarse, hacer contactos y ampliar las redes que para un emprendedor es esencial. Aprovecho para enviar un saludo a todos los colegas carpinteros en este día. 



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