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La Palabra Sábado 13 de Enero de 2018

En busca de… Sara Mamani, música

La certeza de su mensaje De su Salta natal absorbió casi todo y lo sigue atesorando en su alma, allí estudió filosofía, pero decidió radicarse en la capital del país en 1985. Su dedicación hacia las causas nobles le permitió además plasmar esos objetivos de vida en el desarrollo de una trayectoria profesional con el arte de la poesía y de los sonidos. Referente de un mensaje profundo, reconocida por sus pares, emprendedora cultural, sigue generando propuestas de valioso contenido para difundir y compartir con el cancionero popular.

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archivo Sara Mamani Crédito: Auténtica: Así es Sara Mamani como intérprete y como referente Foto 1 de 2
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archivo Sara Mamani Crédito: Alforja generosa: La que trae de la cultura popular Sara Mamani Foto 2 de 2
Raúl Vigini

Por Raúl Vigini

LP - Con referencia al disco “re-vivir” podemos detenernos para conocerlo más por dentro. ¿Cómo nació la idea de lograrlo?

S.M. - Estaba preparando un nuevo disco y ya tenía tres o cuatro arreglos, es decir temas elegidos y arreglados. Pero no estaba a gusto con ellos. Acaso por mi afán de encontrar algo nuevo de mí para expresar. Pasaba que yo no sabía tampoco qué ni cómo. Y una tarde me puse a leer apuntes viejos que tengo, antiguos de verdad… Y me encuentro con varias hojas amarillas, escritas con máquina de escribir, con esas pequeñitas letras, eran varios poemas. Que yo tenía en mi memoria pero que si no los encontraba no se actualizaba el recuerdo. Y con entusiasmo los separé y empezó el recuerdo, a funcionar en algunos casos inmediatamente, en otros con dificultad. Les había puesto música hace más de treinta años… son mis lecturas de estudiante. La poesía siempre me atrajo y en aquellos tiempos llegaban los libros de Lorca, Alberti, Franco, Miguel Hernández, César Vallejo, Elvio Romero, Gloria Fuertes. La colección de Editorial Losada,  la presencia potente de Manuel J. Castilla, libros de Cortázar, de Rulfo y tantos. Y en lo musical escuchaba a Joan Báez hasta el cansancio. Y la música que compongo tiene que ver con todo eso. El grupo Inti Illimani también es formador de mi equipaje musical. Cuando reviso esos poemas, de algunos no recuerdo la música, porque no la grabé en ningún lado, no tenía ningún aparato para eso y tampoco sabía escribir música. La memoria los fue acercando a algunos, de a poco, por partes. Y cuando tuve varios conmigo, de nuevo, los grabé caseramente con mi guitarra y me dediqué a escucharlos con cierta distancia. Para ver si podían ser mostrados en un disco. Sentí que estaban esperando ser cantados y grabados. Llamé a “Pampi” Torre, una compañera musical, guitarrista excelente para acompañarme en la mayoría de los temas, a los que imaginé solo vestidos con dos o una guitarra. Hacía tiempo había conocido a Leonardo Andersen, guitarrista también, y deseaba mucho que él me acompañara en un par de temas. Su generosidad quiso que fueran cinco los temas. Y se armó el disco. Su nombre “re-vivir” es una consecuencia lógica de la circunstancia en que me encuentro de nuevo con las canciones, con lo que dicen los poemas, mi historia personal detrás de cada elección. Un re-cordar, un vivir de nuevo, no mera sobrevivencia, seguir viviendo e intensamente. Y transcribí un poema de Fernando Pessoa que ilustra totalmente el sentido del disco. “De todo quedaron tres cosas: / la certeza de que estaba siempre comenzando, / la certeza de que había que seguir, / la certeza de que sería interrumpido antes de terminar. / Hacer de la interrupción un camino nuevo, / hacer de la caída un paso de danza, / del miedo, una escalera, / del sueño, un puente, / de la búsqueda, un encuentro.” Fernando Pessoa, De todo  tres cosas. 

LP - Lo comenzás con un tema que se origina en un poema de Gloria Fuertes. ¿Qué viste en ella para elegirla en una letra? 

S.M. - Leí mucho a Gloria Fuertes, madrileña, de quien se cumplen cien años de su nacimiento. Dos o tres libros pero muy leídos. El poema “Aquí estoy” me representa absolutamente. Escribió para niños y en aquel tiempo no era común encontrar poetas mujeres. Sus poemas están entre la fragilidad y la fortaleza de ser mujer. Buscando una identidad.

LP - Nicomedes Santa Cruz -a quien conocemos por tantos poemas- aquí está presente con uno celebrado por tanto tiempo. ¿Por qué esos versos ahora tienen tu música?

S.M. - Una amiga de Salta, Susana Marchisio, es la primera que introduce la danza contemporánea en mi ciudad. Yo estaba relacionada con parte del mundo artístico, poetas, pintores, actores, músicos. Y ella quería bailar mientras yo cantase. No sabíamos qué. Y me propone que componga algo. Y con ingenuidad y atrevimiento le pongo música a “Meme neguito”, de Nicomedes Santa Cruz. ¡Reitero que esto es del siglo pasado!

LP - También Rafael Alberti se adueñó de tu inspiración cuando a una de sus obras les concediste melodía.

S.M. - El poema “Olivo” es breve, austero, y dice ¡todo! Su mirada sobre un olivo. Su delicada mirada y sencillez extrema.

LP - El hecho de recordar, así como el nombre sugerente de tu disco, permite que Federico García Lorca deje sin saberlo un poema que ahora suena en tu voz. ¿Cuánto importa este español en nuestras vidas?

S.M. - Pienso que aprendí de alguna manera, los secretos de la vida, con Lorca. En todo sentido. Su pasión puesta ahí, tan cerca, y su muerte a manos de Franco, cierran un círculo de vida, pasión y muerte que me ha identificado y aún lo sigue haciendo. Las canciones folklóricas que cantaba, su universalidad, obras de teatro, que aún hoy nos alimentan cada vez que volvemos a leerlo, o solo con pronunciar su nombre: Federico. El poema “Memento” que canto habla de la muerte. En el momento que lo musicalizo, sentía una irreverencia hacia la muerte. Era muy joven, cantaba esas palabras tan fuertes como un desafío. Sin saber que en 1976 iba a tener una presencia tan cruel y cercana. Perdí compañeros y compañeras.

LP - Como salteña no podía estar ausente uno de los hombres de la pluma popular y profunda. ¿Cómo poder elegir entre tanta obra conocida y desconocida, algo de Manuel José Castilla para acompañarlo con guitarras?

S.M. - La verdad es que, en algún momento, reuní varios poemas musicalizados de Castilla. Me recuerdo en ese trabajo. Fui por el lado de los que son de verso libre. Y tengo los poemas elegidos en esas hojas amarillas que contaba al principio. No me acuerdo totalmente de la música que llevan. Sería un trabajo a realizar. Me emocioné mucho al grabar “Voy creciendo de ti”. Lo propio, de lo originario, el suelo, la tierra, la música, todo está en esas breves líneas del poema. 

LP - Y como único testimonio de un tema musical ajeno está Gloria Martín para ofrecerlo. ¿Por qué ella?

S.M. - Tiene su pequeña historia. Me llegaban a Salta grabaciones en casete de música latinoamericana. Así llega Gloria Martín con canciones de protesta, muy bien realizadas en todo sentido. Ella es la autora de “Cuanto trabajo” que grabó Mercedes Sosa, un bello tema. Recibo esas canciones y estaba “Mi dulce amigo”. ¡Y vaya a saber por qué se me ocurre ponerle otra música! Nuevo atrevimiento de juventud. Retrata la manera de la amistad en aquella época, con lo político siempre presente. Cuando la canto me vienen a la memoria muchos amigos, amigas y compañeros.

LP - ¿Alguna anécdota que recuerdes de esta gestión que hiciste para lograr el producto final?

S.M. - Fue un arduo trabajo lograr las autorizaciones de los herederos de los autores de los poemas. No pude obtener la de Juan Gelman de quien musicalicé dos poemas breves. Lo lamenté.

LP - Algo más que desees agregar.

S.M. - Voy creciendo de ti / Yo soy una hoja nueva que apenas toca el viento. / Yo soy ese verano / que siente que su seno / se le abulta de frutas / y se te cae encima fecundándote. / Yo soy ese que trepa por los yuyos / y que grita en el hambre desvelado del zorro. / Yo soy una vidala y delicadamente te enamoro. Manuel Castilla del libro “Bajo las lentas nubes” (1963.) 

por Raúl Vigini

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