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La Palabra Sábado 9 de Enero de 2016

En busca de… Fundación Milenio sin Pobreza, protagonista

Ideas por una sociedad mejor

Raúl Vigini

Por Raúl Vigini

Conocer el país mediante sus propios emprendimientos le permitió descubrir las necesidades de los habitantes. Desarrollando ideas y su afinidad con los números pudo publicar un libro donde exponía su proyecto para erradicar la pobreza. Con un planteo diferente en el rol que debe cumplir el Estado explica sus razones. De esa propuesta hablamos con el presidente de la institución que fundó, el abogado Hugo de Hoffmann.

 

LP - ¿Cuál es el tema principal de la fundación?

H.H. - Conjuntamente con la distribución es que el Estado va a reducirse en sus actividades básicas del Estado en sí que son la seguridad, la justicia y la administración. Y deja de participar en forma directa en todo el resto de la cosa. Dedicado a lo que tiene que hacer, y no hace lo otro, porque ahora no hace ni lo otro ni lo que tiene que hacer. ¿Qué ocurre? La sociedad, las personas estarían desubicadas, desorientadas, y ahí es donde está el tema de la fundación. En este caso concreto, propone un directorio de ong, asociaciones civiles, que son las que hoy con su voluntariado podrían acompañar a las personas para decirles como tuvieran que administrar ese dinero. Y hemos establecido en la página virtual de la fundación en sí el directorio de las ong para que ellas mismas se anoten como para que las personas puedan consultar según el tema que requiera consultarlas. Hay más de treinta mil en el país con varias personas que trabajan en cada una dispuestas a colaborar y asesorar a las personas. Dejarían de estar en un primer nivel de asistencia social para estar en un segundo nivel. Hoy las asociaciones civiles están basándose en comedores populares y asistencias sanitarias. Si se consigue que las personas tengan el dinero para tomar un seguro de salud de esa manera ellos van adelante y no tienen la dificultad y para eso necesitan la información. Y toda la actividad meritoria de las instituciones solidarias, hoy se da por la deficiencia del Estado. Podrían hacerlo igual pero el Estado que es principal responsable de todo, no está ahora. Eso va a jerarquizar las ong. Esencialmente la fundación se dedica al estudio e investigación, no hace entrega de nada. Pero sí clarificando las ideas que lleven adelante una sociedad mejor.

LP - ¿Esta propuesta la plantearon a las autoridades y políticos de turno?

H.H. - Hubo voluntad y acción de nuestra parte y se ha hecho mucho, pero el resultado es muy pobre. Esencialmente una idea como ésta afecta lo que se llama el clientelismo, entonces el sistema de dar beneficencia estatal sin ningún tipo de obligación más que acompañar un resultado electoral no es el foco. Nosotros estamos dispuestos a conversar con  quien sea. Enviamos el libro a legisladores nacionales. Si bien esto anula a miles en el sistema actual de corrupción, no nos olvidemos que en el país hay cuarenta millones. El concepto es genérico pero también hay que considerar que a nivel de una intendencia de ciudad, el intendente no puede llegar a instrumentar esto porque es una política pública del estado nacional al que tienen que sumarse las provincias y los municipios. Porque ese dinero que se devuelve a cada persona es producto de la recaudación del estado nacional que ya lo aportaron los habitantes para esos mismos destinos. A su vez las provincias y los municipios hacen recaudaciones para los mismos destinos que se superponen, entonces ese sistema sencillo con esquema de distribución con tarjetas a través de los bancos, puede sumar lo del estado provincial en cada territorio. Y suprime todas sus actividades colaterales de asistencia social que es lo mismo.

LP - ¿Qué números manejan de la pobreza en el país?

H.H. - Hay distintos enfoques del tema de pobreza. El nuestro hace a personas en situación de pobreza. Como antecedente previo tenés el Indec que saca un número dibujado. Y después está el Observatorio Social de la UCA que es muy serio que estiman que está casi llegando al treinta por ciento que es mucho. Mucho o poco el  número que maneja la fundación es otro parámetro. Es la investigación en la que vengo trabajando y es cuál es el ingreso básico que necesita una persona. Y de ahí surge el básico para no estar en situación de pobreza. Tengo que explicarte pasos previos porque es terrible el número que te voy a decir. Una familia de cinco personas que tiene que llegar a ese ingreso básico necesita ese valor, pero algunas de esas personas no trabajan. Pero solo un tercio el país trabaja según los aportes jubilatorios. Hay dos tercios del país que  no trabajan, los bebes, los menores, a veces con veinticinco años, los que perdieron un trabajo, los jubilados. Entonces concretamente para nosotros más del cincuenta por ciento de la población están en situación de pobreza. Porque del grupo familiar trabaja una sola persona, distribuye su ingreso en los demás integrantes de esa familia. Entonces hay más del cincuenta por ciento de la población que no tiene ingresos. El trabajo formal es un tercio. El trabajo informal tiene ingresos muy bajos y no alcanzan. En el exterior han hecho lo que se llama ingreso básico que es el equivalente de esto. Le cubre esa necesidad básica, salió de la situación de pobreza esa persona y su ingreso como trabajo le rinde para sus otras cosas. Cuando decimos el cincuenta por ciento de pobreza es porque el enfoque que utilizamos es el consumo, la capacidad de consumo, no los nominales generales del país. Es decir una persona necesita tanto dinero para alimentarse, para educarse, incluso para esparcimiento. Los nueve rubros. El ingreso que necesita una persona capaz para vivir y como no lo tiene está en situación de pobreza.

LP - ¿Cómo trabaja la institución y este consejo de ong?

H.H. - En el tema de promoción hemos hecho desayunos de trabajo para informar. Pero nuestro tema principal es la investigación, quiere decir que recepcionamos trabajos con respecto al tema de pobreza, ésa es la idea principal. Y manejarnos a nivel de instituciones. No estamos enfocados -por más que tratamos de ayudar a las personas- a prestar asistencia. Nuestro nivel es muy concreto, tenemos la idea, la experiencia, la recopilación de información en el exterior de cómo se está usando en casos similares. Esa es nuestra actividad.

LP - ¿Tiene necesidades hoy la fundación?

H.H. - Necesitamos difusión. Esto significa sobrepasar las vallas de cincuenta y sesenta años de explicaciones, se sectarismos, de partidismos, ésa es la parte más importante, es decir: mire usted podrá ser de derecha, de izquierda, de arriba, de abajo, gana mucho, gana poco, pero usted es persona. Usted es persona y tiene que recibir del Estado el dinero que cobra y percibe el Estado para las personas. El tema de difundir eso y aclarar que hoy lo que le están dando a uno se lo están sacando a otro. Modifica la forma de distribución, pero previamente necesita que la gente comprenda que el sistema de distribución actual es malo o pésimo, y caro. El impuesto al trabajo mediante las cargas sociales es muy alto. El Estado se preocupa por combatir la informalidad pero es para que le paguen los impuestos y no para generar una actividad económica. Y esa presión impositiva genera una informalidad excesiva. Los costos internos son altísimos y los precios no son competitivos para la exportación. La fundación necesita difundir las ong. Y si uno consigue que las ong se incorporen y que vean razonable este planteo, ya en vez de ser una fundación, hay treinta mil sociedades civiles y miles de voluntarios ayudando sin costo que ponen su tiempo para ayudar. Y el Estado desprecia esa gente y no hace nada.

LP - ¿Tiene fe en que pueden llegar a avanzar en la implementación de la propuesta?

H.H. - Por supuesto que sí. Tenemos el gran desarrollo que tiene la idea en Europa, en Holanda, en Finlandia, donde ya lo han puesto en práctica. Lo que ocurre es que allá lo llaman “ingreso básico”. No está como lo planteamos nosotros, por cuestiones de educación. Es algo que se generalizó. Cuando en dos mil diez se editó el libro no existía nada, era una gran fantasía, una ilusión, una pérdida de tiempo. Pero las necesidades son más grandes, y allí surgió por problemas de desocupación. A partir de la crisis que tuvieron se dieron cuenta que había algo que fallaba y algo hicieron. Pero con un estado organizado.

por Raúl Vigini

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