Los primeros años lo encontraron a nuestro entrevistado alrededor de un instrumento que ahí mismo comenzó a resultarle familiar. Aprendió letras, números y notas al mismo tiempo. Emprendió el estudio de la manera más seria y le dio forma a su sonido reuniéndose con pares jóvenes. Conoció a los más grandes y compartió versiones y repertorios. De eso nunca se vuelve. Pero a su horizonte lo vislumbraba más lejos. Fue a buscarlo y algo pudo ir descubriendo. Lo persigue desde esa vez y quizás lo haga feliz saber que nunca lo alcanzará, por eso persiste en la música y en el bandoneón. De eso tampoco se vuelve.
Raúl Alberto Vigini
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