Hace veinte años, la gente casi no hablaba mucho de los trastornos de ansiedad, nos dábamos cuenta que en ese momento la vedete era la depresión, toda la atención de los profesionales de salud mental estaba más dedicada a la depresión que a los trastornos ansiosos. Y junto con el doctor Oscar Carrión -nosotros que veníamos con una inquietud que nos interesa que eran los trastornos de ansiedad- empezamos a notar que había desconocimiento en los colegas, en el público en general y que muchas veces, inclusive cuando alguno podía reconocerse con algún cuadro de estos, casi no tenían muchos lugares dónde tratarse. Entonces en ese momento dijimos vamos a crear una institución que se dedique exclusivamente a todos los trastornos de ansiedad pero que a la vez tenga un contenido afectivo, humanístico y que de alguna manera pueda nuclear a aquellas personas que están fuera del sistema de salud. Ello nos llevó a pensar diferentes nombres y opciones y un buen día pensamos que el de Fobia Club era el indicado porque obviamente tenía lo que a nosotros nos interesaba que era un grupo determinado de personas que tiene un fin común, eso es un club. Y bueno, ahí no se hablaba de cuestiones políticas, no se hablaba de cuestiones religiosas, fueron un montón de factores que hacen las diferencias. Acá queríamos todos trabajar con el tema de los trastornos de ansiedad y la fobia era un poco más conocida que el ataque de pánico, y otros cuadros. Hoy si tuviésemos que llamar lo llamaríamos Club de los ansiosos. Pero en ese momento cuando hablamos de la fobia la gente lo identificaba, lo entendía. Estamos hablando del año noventa y seis. También nos empezamos a apoyar en mucha literatura internacional, porque había investigaciones en Estados Unidos. Hubo un estudio muy importante en la década del noventa que se llama ECA -Epidemiologic Catchment Area- justamente lo que detectaron es que había mucha gente que sufría trastornos de ansiedad, muchos más que los depresivos. Pero que en general la gente lo tomaba como un síntoma benigno, algo pasajero, de menor importancia, y casi que no buscaba tratamiento. Y en esto también estaban los seguros de salud, que en el mundo estaban más orientados a la depresión que a los cuadros ansiosos. Así que empezamos a ver y a participar de un movimiento que fue un movimiento mundial. Creería que nos tocó estar en la cresta de la ola, nos lanzamos y atrás nuestro se generó la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad, nosotros empezamos a montar filiales en el interior del país y fuimos creciendo. El crecimiento tuvo que ver con dos factores a mi juicio: uno el externo, que la comunidad nos recibió muy bien, porque estaba esperando información acerca del tema, una divulgación específica; y por otro lado un trabajo interno enorme, donde formamos un gran equipo de trabajo con mi socio y con todos los colaboradores que se fueron sumando, porque empezamos a recibir apoyo de pacientes que se recuperaban y empezamos a dar capacitación y se convirtieron en acompañantes terapéuticos, en coordinadores de grupo, familiares de estos pacientes. Bueno, empezaron a nuclearse y a armar tipos de trabajo más intensos, y muchos colegas médicos y psicólogos. Así que armamos una institución que tuvo mucha inserción social, por suerte.
Por qué fundación
Bueno, la intención de generar una fundación justamente era poder manejarnos en el ámbito de todo el país y obviamente que la fundación tiene la posibilidad de acercarse a la comunidad, de recibir apoyo, y nos fuimos metiendo cada vez más en ese tema. Fueron los años más duros de la Argentina, en los años dos mil, pero así y todo pudimos sostenernos, capear un poco el temporal, y hoy estamos en una proyección internacional donde estamos trabajando con alianzas estratégicas, fuera del país. Creo que una de las intenciones básicas que tiene la fundación es dar una red, un apoyo global, no solamente a las cuestiones locales. Y esto ayudado hoy por la tecnología, porque hay cosas que antes no pensábamos. Yo atiendo pacientes de Catamarca, on line, de Paraguay, de Perú, ahora de Estados Unidos también, gracias a la tecnología, afortunadamente.
Cuando hablamos de Fundación y de Club también tenemos que pensar en la accesibilidad del paciente al que el sistema de salud no incluye
Es parte del proyecto que claramente vamos concretando, a veces en menor o mayor medida, pero nuestra intención es dar justamente una cuestión más amplia a toda esta gente, que sabemos hay una brecha enorme entre aquellos que lo padecen y aquellos que se pueden tratar. Y esta distancia no es local, es mundial. En Estados Unidos, hay un día que es muy estratégico que salen a las plazas y a las universidades y a los supermercados a detectar gente que tiene un padecimiento y no se trata. Y cuando uno llega a las variables o a las razones de por qué no se trata, algunos pueden aducir que esto es porque queda lejos, pero la mayoría de la genta aduce por cuestión económica. Entonces estamos trabajando para recibir apoyo, gestiones específicas que nos den justamente el soporte y respaldo para poder dar el servicio.
Estructura organizativa del Fobia Club
Tenemos dividida en varias áreas, formamos un directorio que es la Comisión Directiva. Estos puestos están ocupados por profesionales y por estos pacientes recuperados con lo cual, cuando nosotros decimos que es una institución donde los pacientes tienen voz y voto, es real. Acá las decisiones se trabajan en equipo, se definen y cada cual en sus incumbencias, porque alguno de los pacientes de la comisión son ingenieros, abogados, periodistas, hay gente que viene de otras ramas que no es solamente la salud. Y nos dan una apertura global y nos hacen pensar las cosas que por ahí por una cuestión del profesionalismo extremo a veces se deja de lado. Tenemos reuniones semanales, equipos de trabajo donde hay psicólogos y psiquiatras con lo cual hacemos la atención de los casos específicos a través de un sistema de evaluación, historias clínicas computarizadas y demás elementos que hacen a la asistencia. Y teniendo todas estas variables además tenemos un seguimiento de los pacientes, con lo cual tenemos una reunión semanal de todo el equipo. Como siempre estamos haciendo una actividad concreta, como publicar una revista, o un congreso por delante, o el día del voluntariado. La intención nuestra es que se mezcle lo profesional con lo social.
Los objetivos educativos en la Fundación
Venimos con dos grandes áreas desde hace mucho tiempo que son la investigación y la docencia. Con la investigación quizás somos unos de los pocos centros que tanta rigurosidad científica ha tenido y que puede hablar en relación a las bases de datos de pacientes evaluados, pero el segundo punto que también tenemos que entender es todo lo que hace al tema de la docencia. Nosotros damos cursos para profesionales, para posgrados, de lo que vendría a ser una capacitación fina para el manejo de estos cuadros que en general la gente que se recibe en la facultad conoce bien poco. Pero además hemos hecho un trabajo que nos ha llevado a muchísimo bienestar que realizamos en algunos colegios para la detección temprana, en instituciones públicas, en muchos lugares que nos han permitido entender o demostrar que como todos sabemos siempre hay un ansioso cerca, un trastorno de ansiedad cerca, y ver cómo podemos acercar este paciente a un tratamiento y que sea efectivo.
Literatura específica que está relacionada con la entidad
Hemos escrito dos libros que han tenido muchísima aceptación y llevan varias ediciones. Y es un hallazgo por ser libros que tienen que ver justamente con la salud mental. Actualmente estamos trabajando en un próximo libro que tiene que ver con la ansiedad social. Siempre el libro está escrito en un nivel intermedio donde no solo el profesional lo pueda entender, sino también el paciente, porque sabemos que el ansioso está muy ávido de información, quiere resolver su situación, quiere entender y saber lo que le pasa. A esto le sumamos las redes sociales, tenemos un facebook que está muy bien acompañado, con muchos consultantes, después tenemos nuestra web, subimos videos, hacemos entrevistas en los medios de comunicación. Todo eso logra que podamos ver que somos una institución que trabaja en psico educar a la población. Dentro de los objetivos está incluido el dar charlas dentro de la institución y lo hicimos además en todo el país, llevando el mensaje para que se entienda no solo cuál es el problema sino también las opciones de cómo resolverlo.
Cómo se protege y se cuida el profesional que está en un ámbito laboral como Fobia Club
Nosotros vivimos cosas muy duras, y muchas veces se nos pianta un lagrimón también, porque cuando viene alguien contándonos una historia muy triste, más de una vez le dije: la verdad que te entiendo porque a mí me puso muy triste lo que me estás contando. Y me ha llevado a tener una angustia porque hay situaciones que son impensables. Pero siempre les digo lo mismo a los pacientes: venís a tratarte, vamos a trabajar, y la verdad quiero que la pases bien, de acá cuando te vas quiero que la pases bien. Y yo hago lo mismo, trato de pasarla bien. Y para mí ¿qué es pasarla bien? Trato de hacer deportes, estar con amigos, distraerme, estar al aire libre, con la familia, ver películas, leer, hacer un rompecabezas, construir, y detenerme en eso, cuántas veces cuando estoy armando algo en mi casa, simple, por decir el asado, me quemo, y me doy cuenta que no estaba con la cabeza en el asado, por eso me estoy quemando. Entonces cuando reflexiono digo: pará. Aunque si me tiene que llamar un paciente un domingo le voy a dar el espacio que necesita. En la semana tratamos de tener micro recreos, micro situaciones que nos permitan aliviarnos.
*El texto pertenece a la entrevista realizada por Raúl Vigini a Gustavo Bustamante
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