Por Redacción
MADRID, 30 (AFP-NA). - Una marea de manifestantes volvió a invadir ayer la madrileña Puerta del Sol para apoyar el movimiento de los jóvenes "indignados" españoles, que deben decidir si mantienen su campamento o continúan sus protestas de otra manera.
"¡Basta ya!, "No nos callarán", "Cobrar 600 euros al mes es terrorismo" fueron algunos de los eslóganes gritados por los miles de manifestantes, de todas las edades y procedencias, que se concentraron alrededor del campamento de la Puerta del Sol, convertido en el epicentro de un movimiento de protesta que se extendió por toda España.
El sábado, los "indignados" organizaron asambleas en 120 barrios y pueblos vecinos de la capital que atrajeron a miles de personas, por lo que los promotores de la protesta pretenden llevar a cabo asambleas semanales a la orden de "Toma los barrios".
Anoche debían decidir si, paralelamente, mantenían o no la acampada en la Puerta del Sol, donde cientos de manifestantes se relevaron noche y día durante toda la semana, a pesar de que el movimiento va a la baja.
"Queremos establecer las bases del movimiento. Después ya veremos", explicó uno de los portavoces de la protesta, Pablo López, un estudiante de ingeniería de 21 años.
Espontáneo, inédito en España, este movimiento que se califica de ciudadano y apolítico comenzó el 15 de mayo y reúne a jóvenes, jubilados, parados y a trabajadores desesperados ante el aumento del desempleo, que afecta a la mitad de los españoles menores de 25 años, y la precariedad social.
Difundido por las redes sociales, el movimiento se amplificó rápidamente en los días que precedieron a las elecciones municipales y regionales del 22 de mayo.
Las reivindicaciones, heteróclitas, tienen como objetivo el desempleo, el exceso de capitalismo, los políticos "corruptos" y el sistema electoral, acusado de beneficiar a los grandes partidos.
En ausencia de un líder identificado, de organigrama y de plataforma clara, el movimiento busca ahora una nueva dirección.
"Claro que vamos a continuar, sino todo esto no habrá servido para nada", estima Rita Sainz, estudiante de literatura de 22 años. "Hay un antes y un después de este campamento. Ahora hay una masa de gente que son conscientes de los problemas, del poder de la acción común. Me gustaría que nos quedáramos en Sol hasta las elecciones legislativas, previstas en marzo de 2012, "aunque sólo sea con un stand de información", añadió la joven.
MEDIDAS PARA
TODOS LOS GUSTOS
A lo largo de la jornada, representantes de las asambleas de barrio han desfilado uno a uno delante del micrófono para enumerar sus listas de proposiciones.
Muy eclécticas, aplaudidas o abucheadas, estas proposiciones van desde el desarrollo de espacios verdes a las reformas políticas más improbables, como la abolición de la monarquía.
Sobre la presencia en la Puerta del Sol, algunos propusieron desmontar el campamento, otros se manifestaron a favor de mantener una presencia limitada.
Alberto Montero, profesor de gimnasia de 37 años que participó en las tareas de cocina y en el taller de construcción en el campamento, aseguró que le gustaría que continuara. "Me gustaría que la acampada continuase. Si reducimos nuestro número aquí, nos echarán. Creo que todavía tenemos trabajo para organizarnos en los barrios", explicó.
Montero justificó su participación en la protesta porque "al final lo que pedimos afecta a todos: la crisis, los recortes sociales".
Otro de los manifestantes, José Ortiz, de 57 años y que trabaja como chofer y agente de seguridad, lleva una pancarta con el lema "Techo y trabajo sin ser esclavo". "Hay gente aquí por estar sin empleo. Yo estoy porque tengo que hacer dos trabajos para conseguir sobrevivir y pagar la hipoteca. Después de empezar esto no podemos parar, tenemos que continuar aunque sólo sea haciendo manifestaciones todas las semanas", explicó.
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