Por REDACCION
PARIS / MARIGNANE, FRANCIA, 27 (AFP-NA). - La investigación
sobre la catástrofe del Airbus A320 de Germanwings en los Alpes
franceses dio el jueves un giro inesperado, con la revelación
por parte de la justicia francesa de que el copiloto habría
estrellado voluntariamente el avión.
Esta revelación espectacular, debida al análisis de una caja
negra encontrada el martes en el lugar de la catástrofe,
coincidió con la llegada a Francia de familias de las 150
víctimas, que tuvieron la primicia de esas informaciones, antes
de la conferencia de prensa dada por el fiscal de Marsella Brice
Robin en el aeropuerto de Marignane (sur).
Los motivos del copiloto, un alemán de 28 años llamado
Andreas Lubitz, siguen sin aclararse, pero el fiscal precisó que
no estaba "registrado como terrorista", información confirmada
después por Berlín.
La policía registró este jueves sus dos viviendas, en
Dusseldorf y en Montabaur, en el oeste de Alemania.
"Esta tragedia toma una dimensión completamente
inimaginable", declaró Merkel, agregando que "esto va más allá
del entendimiento", en una breve declaración a la prensa, en la
cancillería, en Berlín.
El presidente del gobierno español Mariano Rajoy se declaró,
por su parte, "conmocionado" por las revelaciones de la
investigación. Entre las 150 víctimas, 50 eran españolas y 75
alemanas.
VOLUNTAD DE
DESTRUIR EL AVION
El anuncio del fiscal francés causó consternación en
Alemania. "No hay el más mínimo indicio sobre lo que llevó al copiloto
a cometer un acto tan horrible", aseguró Carsten Spohr, director
de Lufthansa, casa matriz de Germanwings.
Lubitz, que tenía 630 horas de vuelo, se quedó solo en la
cabina de pilotaje tras la salida del piloto, accionó el botón
de descenso y no le dejó abrir la puerta para volver a entrar,
indicó el fiscal.
En la caja negra "se oyen varias llamadas del comandante para
pedir el acceso a la cabina de pilotaje, pero no hubo ninguna
respuesta del copiloto", agregó.
Lubitz, cuya respiración regular se oye hasta el final, no
respondió tampoco a las llamadas de la torre de control que se
dio cuenta del descenso anormal del aparato.
"La interpretación más verosímil" es que su gesto "puede
analizarse como una voluntad de destruir el avión", aseguró
Brice Robin.
Unas 200 personas, parientes de las 150 víctimas, llegaron el
jueves a la zona de la catástrofe y fueron trasladados cerca del
lugar en el que se estrelló el avión en la más estricta
intimidad y lejos de la prensa.
El fiscal les aseguró que los pasajeros murieron
instantáneamente y que "no se dieron cuenta de que el avión se
estrellaba hasta el último momento".
En los últimos segundos antes del choque contra la montaña,
la grabación de 30 minutos deja oír la alerta señalando la
proximidad del suelo y los gritos de los pasajeros.
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