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Internacionales Domingo 11 de Agosto de 2013

Serie de atentados en Irak deja al menos 60 muertos

RECRUDECE LA VIOLENCIA

REDACCION

Por REDACCION

BAGDAD, 11 (AFP-NA). - Al menos 61 personas murieron y

más de 300 resultaron heridas en una serie de atentados este

sábado en Irak durante las celebraciones del fin del ramadán, una

de las más sangrientas de los últimos años, indicaron las autoridades. 

Unos 16 coches bomba estallaron en varios barrios de la

capital, tanto sunitas como chiitas, en tanto que uno explotó en

Tuz Khurmatu, a 175 km al norte de Bagdad, y otro en Nasiriya, a

300 km al sur de la capital.

Al menos 37 personas murieron y más de 300 resultaron heridas

en Bagdad; en Tuz Khumartu murieron nueve personas, entre ellas

tres policías, y en Nasiriya hubo cuatro víctimas fatales, según

fuentes policiales y médicas.

Entre los blancos en la capital iraquí se cuentan tres

mercados, dos cafés y un restaurante, atacados por grupos

sospechosos de estar relacionados con Al Qaida.


El mes del ramadán fue particularmente sangriento en el país

con más de 800 muertos, según un balance establecido por la AFP.

Según Naciones Unidas, más de mil personas murieron en julio

víctimas de la violencia, en el balance mensual más elevado de los

últimos cinco años en Irak.


Este mismo sábado más temprano cinco personas murieron en

distintos episodios de violencia en Irak, dos de ellos en Bagdad. Según expertos, los actos de violencia podrían ir en aumento

debido a la parálisis política del gobierno, mientras el país se

repone difícilmente de varios años de una guerra que dejó miles de

muertos.

Durante el mes sagrado del ramadán suele incrementarse la

violencia, dado que los yihadistas estiman que sus ataques están

más justificados, según los expertos.

Pero este ramadán fue más violento que en el pasado. 

Las autoridades gubernamentales atribuyen este incremento de

los ataques al conflicto que asola la vecina Siria y acusan

habitualmente a países extranjeros de fomentar la violencia.

Pero la crisis política que opone a la mayoría chiita con los

sunitas, que dominaban bajo Sadam Husein, sirve también a los

intereses de los extremistas.

Los sunitas, que acusan a las autoridades de querer

marginalizarlos políticamente, llevan a cabo manifestaciones desde

fines del año pasado, acusando al gobierno de llevar a cabo

detenciones arbitrarias.

El gobierno hizo algunas concesiones, liberando a varios miles

de presos y aumentando el salario de los combatientes sunitas que

luchan contra la red Al Qaida.

Pero los atentados a gran escala volvieron a golpear desde

abril, luego de que las autoridades mataran a decenas de

manifestantes sunitas en Hawija.

Además, el gobierno se muestra incapaz de asegurar los

servicios básicos, en particular una inestable energía eléctrica,

y muy pocas leyes fueron adoptadas desde las elecciones

legislativas de 2010.


El gobierno iraquí es teóricamente un gobierno de coalición en

el que todos los grandes partidos están representados, pero sus

dirigentes pasan la mayor parte del tiempo intercambiando críticas

e intentando hacerse con los ministerios.

El primer ministro Nuri al Maliki (chiita) es acusado a menudo

de querer monopolizar el poder y acusa por su lado a sus

opositores de estar a sueldo del extranjero.

Se tomaron muy pocas decisiones políticas y se espera que nada

cambiará antes de las elecciones previstas para la primavera boreal.

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