Por REDACCION
ZAMORA, MEXICO, 17 (AFP-NA). - Conmocionados, padres y
otros familiares intentaban este miércoles recuperar a algunos de
los 458 menores hallados en condiciones infrahumanas en un
internado en Zamora, Michoacán (oeste de México) donde, según las
autoridades, se les forzaba a mendigar y se cometían abusos sexuales.
"Llegamos ayer en la noche. Salimos corriendo cuando vimos las
noticias", explicó a la AFP Lucía Carranza, quien tiene a un niño
de cinco años internado en la casa hogar "La Gran Familia",
situada en una zona residencial del municipio de Zamora, a 425 km
al noroeste de Ciudad de México.
Carranza, vecina del pueblo michoacano de Tanuato, espera
información frente al internado junto a más de 200 personas que
llegaron desde municipios de la zona y puntos más alejados como la
capital mexicana y regiones como Jalisco (oeste) y Puebla (centro).
Buscan recuperar a sus hijos, que siguen dentro del internado a
resguardo de autoridades federales.
Allí permanecen las 596 personas -458 menores y 138 adultos-
localizadas el martes en un operativo policial en la casa hogar,
tras denuncias de que había niños retenidos por la fuerza en este
albergue, que durante años fue reconocido y apoyado por políticos
de Michoacán.
Los primeros testimonios refieren que Rosa del Carmen Verduzco,
fundadora del establecimiento y directora por más de 40 años, y
sus trabajadores infligían "diversos abusos físicos y
psicológicos" a los niños, dijo Tomás Zerón, director de la
agencia de investigación criminal de la fiscalía general.
Los niños eran obligados a pedir limosna, dormir en el suelo
entre ratas y chinches, y eran alimentados con comida en mal
estado, señaló.
Algunos también sufrían "abusos sexuales" y tenían "prohibido
abandonar las instalaciones", agregó.
Familiares que se desplazaron al albergue responsabilizaban
directamente de los maltratos a Verduzco, quien fue detenida junto
con otros ocho trabajadores.
Custodiada por las autoridades, la fundadora fue llevada a un
hospital de Zamora en la tarde del miércoles por problemas de
estrés, dijo a la AFP un directivo de la clínica.
Carranza relató que dejó a su hijo menor al cuidado de la
directora en 2012.
"Mi esposo y yo éramos jornaleros, trabajábamos
en el campo y el más grande nos ayudaba, entonces no me podía
quedar con el bebé y me recomendaron este lugar", explicó.
La Mamá Rosa o La Jefa, como se conocía a Verduzco, "me dijo
que mi hijo iba a estar bien" pero "no me dejaron verlo hasta los
cuatro meses", señaló la mujer, de 25 años.
Según las primeras investigaciones, los niños que nacían en la
casa hogar eran registrados como hijos de Verduzco, sin permitir
que los padres biológicos pudieran tener la tutela sobre ellos.
De acuerdo con su sitio en Facebook, el internado se dedica a
recibir a jóvenes "abandonados por sus padres: delincuentes,
drogadictos o niños de la calle".
El propio sitio señala que los niños son adoptados por la
directora, por lo que "todos llevan el apellido Verduzco" y tienen
la posibilidad de estudiar educación primaria, secundaria y hasta
licenciatura.
Una activista que participó de las tareas de limpieza, María
Ampudia, señaló que los menores estaban en "jaulas" de 3 y 4 metros de ancho y
largo "donde dormían 15 niños". El albergue "La Gran Familia" era una institución reconocida en
Zamora. Políticos locales y candidatos a gobernador de Michoacán,
una región rural azotada por el narcotráfico, acostumbraban a
desfilar por el lugar durante las campañas para hacer donativos y
apoyar la labor de Verduzco.
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