Por Redacción
MADRID, 23 (AFP-NA).- Un grupo de niños
desfila tras una pancarta con la pregunta "¿Qué futuro nos espera?",
mientras estudiantes, profesores y padres piden a gritos "¡Educación
pública y de calidad!". La enseñanza se movilizó ayer en España
contra los recortes con una huelga inédita. Profesores vestidos con las
camisetas verdes ya típicas de su movimiento, padres y alumnos de todas las
edades marcharon por decenas de miles en Madrid, Barcelona y otras ciudades del
país.
"La calidad de la enseñanza pública está empeorando de año en
año", se lamenta en Madrid Eduardo Sotoro, profesor de matemáticas de 38
años. "Es muy difícil controlar una clase de 35 alumnos", afirma,
fustigando el aumento de estudiantes por aula aprobado para ahorrar. "Es
un error enorme no hacer la educación pública una prioridad. Quizás si
hubiésemos invertido más en la educación, el país no estaría en la situación en
que está", afirma Marisa Suarez, de 53 años, profesora de historia,
mientras la manifestación avanza a ritmo de tambores por el centro de la
capital.
A su vez, el ministro de Educación, José Ignacio Wert, insistió en su
posición al señalar que "vamos a continuar con la política de seguir
explicando por qué se han tomado las decisiones". Desde hace meses, varias
comunidades autónomas, los gobiernos regionales que gestionan importantes
competencias públicas como la salud y la educación, aplican medidas de
austeridad que suscitaron innumerables movimientos de protesta. Pero esta es la
primera vez que una jornada de paro nacional reúne al conjunto del sector,
desde la primaria hasta la universidad, en todo el país.
En total, unos 7,5
millones de estudiantes y 1,5 millones de docentes estaban llamados a la huelga
para protestar contra los 3.000 millones de euros de recortes decididos por el
gobierno conservador de Mariano Rajoy. El paro tuvo un seguimiento del 80% de
media nacional, según los sindicatos de docentes, de 19,41%, según el
ministerio de Educación.
En Barcelona, segunda mayor ciudad del país, unas
25.000 personas según la policía, 150.000 según los organizadores, desfilaron
en un ambiente festivo. En Madrid se manifestaron más de 100.000 personas,
afirmaron los organizadores. Familias enteras, niños con pancartas, estudiantes
universitarios, maestros y profesores vestidos con camisetas amarillas en las
que se leía "SOS educación pública" tomaron el centro de la ciudad al
grito de "¡Educación pública y de calidad!" y "¡No a la
privatización!".
La marcha estuvo encabezada por un grupo de niños de unos
seis años con una colorida pancarta: "¿Qué futuro nos espera?".
"Contra los recortes en educación", "Recortar es robar" o
"Con dos carreras y pelando patatas", podía leerse en otras.
"Aquí no se trata de profesores y alumnos. Esto nos afecta a todos",
afirma Rogelia Fortuna, 65 años, jubilada. "He trabajado hasta ahora en
una portería, lo que me permitió que mi hija sea hoy universitaria. Pero ¿y sus
hijos podrán estudiar?", fustiga.
"Todos estamos obligados a salir a
la calle y gritar a favor de la educación y la sanidad para todos y de calidad,
como lo ha sido hasta ahora", afirma por su parte Joanna Martí Virgili, de
29 años, estudiante de Filosofía. Con consignas similares y la misma
determinación, varios miles de personas desfilaron en otras ciudades del país
como Sevilla, Zaragoza o Valencia. Bajo la presión de los mercados y de sus
socios europeos, España se comprometió a reducir su déficit público a 5,3% del
PIB este año, desde el 8,9% registrado en 2011 según datos revisados al alza la
semana pasada.
Entre sus políticas de rigor, que incluyen ajustes
presupuestarios de 27.300 millones de euros en 2012, el ejecutivo de Rajoy se
propone ahorrar 3.000 millones de euros por año en la educación pública y 7.000
millones de euros en la sanidad. Entre las principales medidas en educación
destacan el aumento del número de alumnos por clase, el incremento de las horas
lectivas para los profesores, la subida de los precios de inscripción en la
universidad y el endurecimiento de los requisitos académicos para obtener una
beca.
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