Por Redacción
BRASILIA, 17 (AFP-NA). - Vestidos de verde y amarillo en
honor a la bandera nacional, más de 130.000 brasileños exigieron
en las calles la salida de la presidenta Dilma Rousseff, hartos de
la triple crisis económica, política e institucional que sacude al
país.
En la tercera gran protesta contra el gobierno en seis meses,
unas 137.000 personas indignadas con la situación del país
salieron a las calles de decenas de ciudades, según la policía,
mientras los organizadores calculaban unos 225.000 manifestantes.
La cifra debe ir creciendo al comenzar otras manifestaciones
sobre todo en Sao Paulo, feudo de la oposición y la ciudad más
poblada con 11 millones de habitantes.
Agitando banderas de Brasil o vestidos con la camiseta
"verdeamarela" de la selección de fútbol, los manifestantes
cantaron el himno nacional y levantaron pancartas que leían "No a
la corrupción", a raíz del colosal escándalo de sobornos que ha
costado más de 3.000 millones de dólares a la petrolera estatal
Petrobras.
"Vamos a marchar hasta el fin. Hasta que la presidente salga
del gobierno. Tiene que irse definitivamente y dejar este país en
paz y libre de esa mafia del Partido de los Trabajadores", dijo a
la AFP Patricia Soares, una funcionaria pública de 43 años que
marchaba en la capital brasileña.
"¡Fuera Dilma!, "¡Fuera Dilma!", coreaba la multitud -25.000
según la policía, 45.000 según organizadores- en Brasilia a una
sola voz, mientras desplegaba una enorme bandera de Brasil de
decenas de metros.
En Rio de Janeiro, sede de los Juegos Olímpicos de 2016 y donde
se disputa este domingo el evento test olímpico de ciclismo de
pista, decenas de miles colmaron la avenida Atlántica frente a la
célebre playa de Copacabana en un perfecto día de sol, mientras
otros en bikini y pequeños shorts de baño preferían tomar sol y se
bañaban en el Atlántico.
"Estoy aquí por la situación complicada de Brasil, económica, y
por la corrupción y mala gestión del PT", dijo el médico carioca
Camilo Lins, de 60 años.
RENUNCIA O "IMPEACHMENT"
Los manifestantes piden la renuncia o el "impeachment"
(destitución tras juicio político en el Congreso) de la presidenta
de la séptima economía mundial, de 64 años, que comenzó su segundo
mandato hace apenas siete meses.
La popularidad de la mandataria de izquierda ha caído a cifras
de un dígito tras cuatro años de frágil o nulo crecimiento
económico y un colosal escándalo de corrupción en Petrobras que ha
salpicado a su PT, en el poder hace más de 12 años, así como a
otros partidos de la coalición de gobierno.
Decenas de políticos -incluidos los presidentes de la Cámara de
Diputados y del Senado- y algunos de los principales empresarios
de Brasil son investigados en este escándalo que ya ha llevado a
la cárcel a varios exjerarcas de Petrobras, a José Dirceu, quien
fuera mano derecha del presidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-
2010), y al tesorero del PT, Joao Vaccari Neto.
Por primera vez, las protestas tuvieron el respaldo explícito
del PSDB (oposición, centro), cuyo líder, el senador Aecio Neves,
que perdió en octubre el balotaje contra Rousseff por un margen de
apenas 3%, participó este domingo en las protestas en Belo
Horizonte, la capital del estado de Minas Gerais (sureste),
vestido con una camiseta polo amarilla.
Los manifestantes, convocados sobre todo a través de las redes
sociales, esperan superar la cifra de las protestas contra el
gobierno de abril (600.000 personas) y marzo (entre un millón y
tres millones, según diferentes cálculos).
Los manifestantes lamentan la debacle de la economía que según
todo pronóstico cerrará el año en recesión y ha puesto en riesgo
el sello de buen pagador del país -su grado de inversión bajó al
último escalón de las agencias de calificación-.
Con Rousseff debilitada -tiene el menor apoyo a un jefe de
Estado desde el fin de la dictadura militar hace 30 años-, algunos
legisladores han agitado el fantasma del "impeachment", que
requiere la aprobación de dos tercios de la Cámara de Diputados y
un proceso especial en el Senado.
Este año la Cámara de Diputados recibió cerca de 20 pedidos
para apartarla del cargo, algunos de los cuales aún están bajo
análisis. En caso de impeachment, quien asumiría el gobierno es el
vicepresidente Michel Temer, del PMDB, el mayor aliado del PT en
la coalición.
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