Por REDACCION
CARACAS, 17 (AFP-NA). - Cientos de miles de opositores
venezolanos votaron este domingo en un plebiscito simbólico
para mostrar su rechazo al presidente Nicolás Maduro y su Asamblea
Constituyente, redoblando la presión por un cambio de gobierno
tras casi cuatro meses de violentas protestas. Mientras la votación se desarrollaba con relativa calma, un ataque a un lugar donde se concentraban votantes en el barrio de Catia, al oeste de la capital, terminó con una mujer muerta y tres heridos. Xiomara Escot falleció producto de disparos de bala realizados por al menos cuatro hombres desde motocicletas y que según las denuncias se trataría de colectivos chavistas.
Los votantes, muchos vestidos de blanco o con prendas con los
colores de la bandera nacional, acuden de forma fluida a las urnas
instaladas por la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en
toda Venezuela, en algunos sectores con largas filas.
Incluso el líder de la oposición, Leopoldo López, quien recientemente fue trasladado de la prisión a su casa donde continúa en prisión domiciliaria, instó a los venezolanos a votar y hacer algo que él no podía (acompañó el pedido con una foto de su pierna con la pulsera electrónica que le impide salir de su vivienda).
Venezuela vive una fuerte convulsión con protestas que dejan 95
muertos desde el 1 de abril, y una de las peores crisis económicas
de su historia, que asfixia a la población con una severa escasez
e inflación de tres dígitos.
Sin el aval del poder electoral, el plebiscito no es
vinculante, pero la oposición confía en hacer palpable el rechazo
a la Constituyente, del 70% según la encuestadora Datanálisis,
para obligar al gobierno a dar marcha atrás.
No obstante, Maduro afirma que la Constituyente es el "único
camino" hacia la paz y la recuperación económica, por lo que
sostiene que nada impedirá la elección, el 30 de julio, de los 545
asambleístas.
Organizado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), acusado de
servir al gobierno, otros cientos de miles de seguidores del
gobierno participan este domingo en un simulacro para esa
elección.
"UN ANTES Y UN DESPUES"
La MUD consulta a los venezolanos si rechazan la Constituyente,
si apoyan unas elecciones y la renovación de los poderes públicos,
y si quieren exigirle a la Fuerza Armada -principal sostén de
Maduro- que respete la Carta Magna.
"Esta jornada marcará un antes y un después. Estamos haciendo
historia. Vamos a demostrar al mundo entero y a quienes tienen el
poder que el pueblo es el dueño de su destino", dijo Julio Borges,
jefe del Parlamento de mayoría opositora.
La oposición acusa a Maduro de llevar al país a la bancarrota y
a una "dictadura" que busca consolidarse y perpetuarse con la
Constituyente, mientras que el presidente dice que sus adversarios
promueven la violencia para derrocarlo con ayuda de Estados
Unidos.
Respaldado por los poderes electoral, judicial y militar,
Maduro da por hecho que tendrá de su lado a partir de agosto una
Constituyente que regirá al país como un "suprapoder" por tiempo
indefinido, con facultad hasta para anular al Parlamento.
Su proyecto causó una fractura del chavismo, encabezada por la
fiscal general, Luisa Ortega, quien no acudió al plebiscito aunque
sí su esposo y diputado chavista Germán Ferrer y otros disidentes.
"SHOW" O "REBELDIA"
La consulta es apoyada por parte de la sociedad civil, la
Iglesia católica, Naciones Unidas, la Organización de Estados
Americanos (OEA), Estados Unidos y varios gobiernos de América
Latina y Europa.
Buscando darle credibilidad, la oposición nombró garantes a
cinco rectores de universidades y cuenta como observadores con los
expresidentes Vicente Fox (México), Andrés Pastrana (Colombia),
Laura Chinchilla y Miguel Ángel Rodríguez (Costa Rica) y Jorge
Quiroga (Bolivia).
"Maduro tiene que entender que ya nadie le quiere", aseguró
Fox. Pastrana dijo esperar que el presidente "entienda el mensaje:
los venezolanos no quieren Constituyente".
El gobierno ve el plebiscito como una "consulta interna" de la
MUD o un acto más de protesta, y cuestiona que la MUD vaya a
quemar los cuadernos electorales argumentando que busca evitar
represalias contra los votantes.
Suavizando el tono, Maduro llamó a una jornada "en paz": "Es un
show internacional (...) háganlo, pero en paz. Sólo pido respeto,
pacíficamente, sin ningún incidente", dijo el sábado.
Definido como un "acto de rebeldía", la oposición afirma que
tras el plebiscito se activará el lunes la "hora cero", la fase
decisiva de las protestas, sin descartar una huelga general.
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