Por Redacción
KABUL, 26 (AFP-NA). - Unos 500 reclusos, en su mayoría talibanes, se evadieron en la noche del domingo de la prisión de Kandahar a través de un túnel de 300 metros de longitud que los insurgentes cavaron durante cinco meses desde el exterior del penal.
Se trata de un nuevo golpe contra el Gobierno del presidente Hamid Karzai y las fuerzas de la OTAN, que en los últimos dos años han multiplicado las operaciones militares en esta región del sur afgano, bastión de los talibanes y zona clave para estabilizar el país.
En un comunicado, los insurgentes afirmaron que tardaron cinco meses en cavar el túnel, que llegó a la zona donde se encontraban los "presos políticos" del penal. "El túnel llegó al objetivo anoche. Los muyaidines prisioneros fueron conducidos al exterior por esta vía por tres detenidos previamente informados", añadieron los talibanes. Según ellos, la operación duró cuatro horas y los presos fueron recogidos por vehículos. Los talibanes también explicaron que se colocó un comando suicida cerca de la cárcel, pero no fue necesario que entrara en acción.
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