Por Redacción
ASUNCION, 19 (AFP-NA). - El Ministerio Público de Paraguay imputó a 54 campesinos por diversos delitos tras los enfrentamientos el viernes en Curuguaty, 250 km al noreste de Asunción, que dejaron 17 muertos, mientras que un dirigente campesino denunció que hay 46 labriegos desaparecidos. "Fueron imputadas 54 personas por los presuntos delitos de homicidio doloso en grado de tentativa, lesión grave, asociación criminal, coacción y coacción grave, entre otros", dijo el fiscal Díaz.
El titular del Ministerio Público ordenó que los imputados guarden prisión preventiva hasta que se sustancie la investigación. Doce de ellos ya se encuentran detenidos, entre los cuales dos adolescentes de 15 y 17 años. Luis Aguayo, dirigente del Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (MCNOC), denunció que 46 labriegos se encuentran desaparecidos. Autoridades policiales dijeron que en la refriega participaron unos 60 campesinos, y que la mayoría de ellos, junto a su líder Rubén Villalba, estarían ocultos en una zona boscosa adyacente a la propiedad que ocuparon.
Los disturbios se iniciaron el pasado viernes, cuando campesinos sin tierra que ocupaban una finca, perteneciente al empresario Blas Riquelme, emboscaron a policías que se dirigían a desalojarlos y los atacaron con armas de fuego. El enfrentamiento en Curuguaty dejó un saldo de seis policías y 11 campesinos muertos.
Asimismo, los choques dejaron un centenar de heridos de distinta consideración, 20 de ellos graves. Un rastrillaje iniciado el sábado para buscar cuerpos está interrumpido desde el domingo debido a torrenciales lluvias que azotan la zona noreste del país.
Miguel López, portavoz del presidente Fernando Lugo, dijo que el gobierno "pudo constatar que han intervenido grupos de personas extrañas al asentamiento campesino para provocar la masacre". "Los campesinos no tenían las armas ni las estrategias que se siguieron para tender una trampa a las fuerzas policiales, que respondieron de una manera violenta también", precisó, y agregó que es evidente que "se busca desestabilizar al gobierno".
López anunció que el gobierno ayudará a los niños y niñas que quedaron huérfanos. "Tendrán atención médica completa y víveres para paliar las necesidades básicas", puntualizó. En medio de una pertinaz lluvia, centenares de personas asistieron al sepelio colectivo de los siete campesinos fallecidos, en el templo católico de la ciudad de Curuguaty, entre escenas de dolor y tristeza de familiares y pobladores, reportaron los testigos.
"No se puede descartar absolutamente nada", dijo Díaz al ser consultado sobre las sospechas de infiltración de guerrilleros del denominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) en los sucesos del viernes. La policía atribuye al EPP, un grupo armado clandestino que opera en el norte del país, secuestros de ganaderos y ataques contra haciendas en los departamentos de Concepción y San Pedro, colindantes con el de Canindeyú, cuya capital es Curuguaty.
CONFLICTO AGRARIO
Los sangrientos disturbios revelan una antigua disputa por la propiedad de la tierra en Paraguay, país marcado por la desigualdad social. "Paraguay está sentado en un polvorín. Tuvo que suceder esta tragedia para que los responsables vuelvan a mirar con seriedad el reclamo campesino", dijo a la AFP Corsino Coronel, veterano líder de los labriegos.
Sobreviviente de la represión de la dictadura del general Alfredo Stroessner (1954/89) al igual que su hermano Constantino -ambos catalogados entonces como líderes subversivos- Coronel estimó que la masacre pudo haber sido propiciada por infiltrados en las filas de los agricultores. "Los campesinos son pacíficos por naturaleza. Su ingenuidad por la falta de educación y la miseria en que viven los convierte en presa de manipulación tanto por los poderosos como por los extremistas", explicó a la AFP.
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