Por Redacción
PUERTO PRINCIPE, 9 (AFP-NA).- Las centenares de organizaciones humanitarias que llegaron a Haití tras el terremoto del 12 de enero de 2010 siguen desarrollando un papel fundamental pero algunos dudan de su eficacia y les reprochan haber puesto al país bajo tutela.
"Haití se ha convertido en un Estado ONG. Nadie conoce con exactitud el número de asociaciones que hay, ni lo que hacen, ni lo que gastan", se lamenta Karl Jea-Louis, responsable del observatorio ciudadano de las acciones de los poderes públicos (OCAPH).
Su organización, que vigila el impacto de la ayuda internacional en Haití, reclama que las organizaciones humanitarias abandonen el país de forma progresiva.
"El país está controlado por las ONG, es una situación intolerable", asegura un funcionario haitiano que pide el anonimato, mientras la Cruz Roja de Haití habla de "resultados moderados".
"¿Han sido las ONG eficaces? La ayuda humanitaria fue necesaria tras el 12 de enero, pero el resultado ha sido mitigado", afirma Michaelle Amedée Gédéon, presidenta de la asociación.
Sin embargo, Ognol, padre de familia que ha vivido un año en un campo de desplazados, sostiene que las asociaciones han desarrollado un papel clave tras el sismo, que dejó más de 220.000 muertos y 1,2 millón de personas sin hogar.
"No hay ninguna duda, las ONG han supuesto una enorme ayuda para nosotros. Han sido más activas que el gobierno", explica. Las organizaciones actúan en los ámbitos de "la sanidad, la educación y la vivienda. Es gracias a ellas que los haitianos han sobrevivido frente a la ausencia del Estado".
"Es fácil constatar que seguimos estando en estado de emergencia", se defiende Pierre Salignon, de Médicos del Mundo (MDM).
"Las ONG, en Puerto Príncipe sobre todo, son la condición para sobrevivir. La catástrofe sólo intensificó la dependencia en la ayuda internacional", subraya.
Ante las críticas de "Estado ONG", Salignon asegura que esta presencia masiva de organizaciones, a veces desordenada, es la respuesta "al incumplimiento de las instituciones financieras internacionales y a los fallos del Estado".
"Sin autoridad legal, las ONG son engañadas pero deben seguir atendiendo las urgencias. Hay mucho enfado, frustración. Hoy existe el riesgo de un segundo terremoto: social, económico y político", argumenta este médico.
"El mayor problema aquí es la falta de autoridad", dice Julie Schindall, portavoz de la asociación Oxfam en Haití, quien culpa al gobierno por su mala gestión.
"Si las ONG pusieran fin a su misión, habría mucho sufrimiento. Nuestra acción sigue siendo indispensable", asegura Pierre Tripon, jefe de misiones de Acción contra el hambre (ACF). Tripon lamenta, sin embargo, que las organizaciones siguen estando en estado de urgencia.
"¿Cuándo pasaremos a otra cosa?", se pregunta este activista, criticando que "las promesas de ayuda para la reconstrucción no se hayan concretizado" en su totalidad, hecho que también ha censurado MDM.
Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.