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Internacionales Miércoles 13 de Marzo de 2013

Fumata negra: aún no se eligió al nuevo Papa

El humo negro que salió por la chimenea de la sede vaticana indicó que no se lograron los dos tercios necesarios para designar al nuevo Pontífice. El cónclave continuará hoy.

Redacción

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 13 (AFP-NA). - La primera jornada

del cónclave histórico para elegir al sucesor del papa Benedicto

XVI terminó con un espeso humo negro en la chimenea de la Capilla

Sixtina, anunciando al mundo la falta de resultado en la primera

votación de los cardenales.


Los miles de fieles, turistas y curiosos que, armados de

paraguas, se congregaron en la plaza a última hora de la tarde de

este martes bajo una persistente lluvia para asistir a este

momento excepcional, recibieron con exclamaciones de decepción la

fumata, cuyo color no dio pie esta vez a ninguna duda.

"Estoy decepcionada pero aún así fue una sensación increíble

tener una señal de lo que pasa en el secreto del cónclave", dijo

la hermana Barbara, una monja de Nueva York.


Los 115 cardenales electores de 51 países de los cinco

continentes volverán a votar hoy, dos veces por la mañana

y otras dos por la tarde, a menos que alcancen un resultado antes.

Los purpurados "están en óptima forma", dijo el portavoz del

Vaticano, Federico Lombardi, que presenció su ingreso en el

escenario principal del primer cónclave con un papa vivo.

"El ambiente era muy serio y religioso", comentó.

El propio Lombardi había advertido el lunes que el resultado de

la primera votación iba a ser probablemente negativo.

En ausencia de un favorito claro, se barajan una decena de

nombres de cardenales, todos ellos conservadores, como el italiano

Angelo Scola o el brasileño Odilo Scherer, considerado el

candidato de la curia y que podría convertirse en el primer Papa

de América.


La secular ceremonia del cónclave comenzó a las 16H31 GMT,

cuando se cerraron las puertas de la Capilla Sixtina y los

purpurados quedaron completamente aislados del mundo exterior bajo

los magníficos frescos renacentistas de Miguel Angel.

Vestidos con sus paramentos rojos y el birrete cardenalicio,

los "príncipes de la Iglesia" juraron guardar, so pena de

excomunión, silencio sobre todo lo que ocurra en su

interior.


La duración del cónclave es incierta, aunque si la historia del

último siglo sirve de referencia, no debería prolongarse más de

cinco días.

La única indicación que se tendrá fuera de lo que ocurre dentro

del cónclave será el humo que desprenda la chimenea de cobre

situada a la derecha de la basílica de San Pedro, donde suelen

congregarse tradicionalmente numerosos fieles.


Cuando un candidato alcance los 77 votos necesarios para ser

elegido y acepte asumir la responsabilidad, el humo será blanco y

estará acompañado por el repique de las campanas de San Pedro.

El nuevo pontífice elegirá entonces el nombre con el cual

quiere gobernar y vestirá por primera vez la sotana blanca, para

ser presentado a Roma y al mundo y pronunciar su primer mensaje

"urbi et orbi" desde el balcón del Palacio Apostólico.


El ritual se había iniciado por la mañana en la basílica de San

Pedro con la misa "Pro eligendo Pontífice" en la que el decano del

colegio cardenalicio, Angelo Sodano, hizo un llamamiento a la

"unidad" de los católicos en un momento crucial para la Iglesia.

En su homilía, Sodano exhortó a los cardenales a "cooperar con

el sucesor de Pedro", en presencia de miles de fieles y autoridades.

"Los exhorto a comportarse de manera digna, con toda humildad,

mansedumbre y paciencia, tolerándose recíprocamente con amor,

tratando de conservar la unidad del espíritu a través del vínculo

de la paz", agregó Sodano, citando la Carta a los Efesios del

apóstol Pablo.


El influyente cardenal, que no participa en el cónclave por

haber superado la edad límite de 80 años, desencadenó una

atronadora ovación entre los presentes al rendir homenaje al

"luminoso pontificado" del ahora emérito Benedicto XVI, que el 28

de febrero renunció a su pontificado, tras anunciar pocos días

antes su inesperada decisión.


Sea quien fuera su sucesor, el nuevo Papa deberá hacer frente a

importantes retos, empezando por la situación inédita de vivir a

escasos metros del ahora papa emérito Benedicto XVI, que alegó

"falta de fuerzas" para seguir cumpliendo con su misión.

También tendrá que llevar a cabo reformas después de los

escándalos que estallaron durante el último pontificado, como el

de los abusos sexuales a menores o "VatiLeaks", la filtración de

documentos confidenciales del pontífice que reveló una trama de

abuso de poder en la Curia Romana, el gobierno central del Vaticano.


A estos problemas, se suma una pérdida de influencia de la

Iglesia debido a la disminución de fieles y a las críticas de una

parte de los católicos por hacer oídos sordos a los pedidos de

cambios del mundo moderno en temas como el papel de la mujer en la

Iglesia y la sexualidad.


Todos los cardenales, incluso los más ancianos, dedicaron la

última semana a examinar la situación de la Iglesia y esbozar el

perfil del próximo líder de los 1.200 millones de católicos

bautizados del mundo.

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