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Internacionales Lunes 19 de Septiembre de 2011

Fraude millonario en la petrolera PDVSA

El desfalco fue por 540 millones de dólares.

Redacción

Por Redacción

CARACAS, 19. - El nombre de Francisco Illarramendi fue bien conocido durante años en los pasillos del poder económico en Venezuela, como uno de los arquitectos financieros del gobierno del presidente Hugo Chávez; hoy lo es como el autor de un fraude que deja al desnudo los descalabros de PDVSA, la gigantesca petrolera estatal a cargo de explotar las reservas de crudo del país.

Illarramendi, un gestor de capital de riesgo de 42 años -con doble ciudadanía, venezolana y estadounidense- fue asesor de varios ministros de finanzas y de la propia PDVSA, que le llegó a confiar a su firma Michael Kenwood Group unos 500 millones de dólares de sus jubilados entre 2009 y 2010. A los pocos meses, Illarramendi se declaró culpable de estafar a sus clientes por unos 540 millones de dólares -la mayor parte del fondo de pensiones de PDVSA- mediante un esquema piramidal al mejor estilo de Bernard Madoff, lo que ahora lo enfrenta hasta 70 años de prisión.

El desfalco supone una gota más en el desbordado vaso de entuertos financieros y operativos que atraviesa PDVSA, que se está endeudando a un ritmo meteórico para encarar los faraónicos proyectos sociales que le encomienda Chávez, en asuntos tales como alimentación, salud o vivienda, mientras intenta cumplir con las gigantescas inversiones necesarias para revertir el peligroso letargo en que se encuentra su producción de crudo desde hace años.

En las próximas semanas el caso de desfalco -revelado por el regulador bursátil estadounidense- podría agitar nuevamente las aguas en que navega PDVSA y poner en el candelero a los gerentes de la corporación, ya que todavía nadie asumió la responsabilidad por la contratación de Illarramendi. "Fue un ejemplo de mala gerencia: escogieron a Illarramendi a dedo por su amistad con directivos de PDVSA, cuando sus empresas no estaban autorizadas para invertir en fondos de pensión y no invitaron a otras firmas a presentar sus propuestas", dijo el ex coordinador de finanzas de la estatal venezolana Oliver Campbell. "Además, no hubo una auditoría adecuada, pues se debió detectar el mal manejo mucho antes de que pasara a ser una estafa", agregó.

El gobierno reaccionó hace pocos meses con una amplia reestructuración de la junta directiva de PDVSA, con la entrada de pesos pesados del Ejecutivo de Chávez. Entre los cinco directivos relevados estaba el veterano jefe de finanzas de la empresa, Eudomario Carruyo, quien era el encargado de administrar el cada vez más opaco fondo de pensiones de PDVSA, que asciende a 2.500 millones de dólares.


APROVECHA

LA OPOSICION

La enésima controversia protagonizada por la mayor compañía nacional le ha dado nuevas municiones a los críticos de Chávez, para quienes el caso confirma la creciente corrupción de la petrolera. Enfermo de cáncer y con los comicios presidenciales de 2012 a la vuelta de la esquina, Chávez ya comenzó a recurrir a la caja de PDVSA para neutralizar los negativos efectos que tienen sobre su popularidad la inseguridad, la inflación y las constantes fallas de los servicios públicos.

Illarramendi es un economista graduado en Estados Unidos, ex empleado del banco de inversión Credit Suisse y con estrechas conexiones en la administración Chávez. En Venezuela, muchos lo ven como un exponente de la llamada "boliburguesía", una nueva casta de empresarios que prosperó al calor de la bonanza petrolera de los últimos años causando no pocos escándalos. Desde que Chávez despidió a miles de trabajadores de PDVSA por participar en un paro organizado por la oposición entre fines de 2002 y principios de 2003, la compañía nunca pudo recuperar sus estándares de calidad y además perdió un valiosísimo capital humano. Las denuncias y controversias han sido permanentes desde entonces en PDVSA, casi única fuente de divisas del país. La adjudicación de opacos contratos, inyección de fondos a programas sociales con escaso o nulo control, cuestionadas cifras de producción y una seguidilla de incidentes operacionales han puesto en entredicho a la "nueva PDVSA". (Fuente: La Capital).

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