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Internacionales Lunes 28 de Septiembre de 2015

Francisco se despidió de EE.UU. con una masiva misa en Filadelfia

Ante miles de personas, destacó el rol de la familia y el desafío urgente de cuidar el medio ambiente. Sobre las denuncias por abuso sexual contra miembros de la Iglesia, dijo que "todos los responsables rendirán cuentas".

Redacción

Por Redacción

FILADELFIA, 28 (AFP-NA). - El papa

Francisco pidió el domingo en Filadelfia dejar de lado las

"divisiones estériles" y "proteger" al mundo, en una gigantesca

misa con la que cerró su exitosa gira por Estados Unidos tras

reunirse con víctimas de pedofilia.

"Nuestra casa común no tolera más divisiones estériles. El

desafío urgente de proteger nuestra casa incluye la preocupación

de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo

sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar",

dijo el papa.

En su despedida tras seis días de gira por Washington, Nueva

York y Filadelfia, el sumo pontífice argentino hizo un llamado a

la unidad, al diálogo y la tolerancia ante más de un millón de

personas, según El Vaticano, llegadas de todo el planeta para el

VIII Encuentro Mundial de la Familia.


Francisco, de 78 años, recorrió las calles de la ciudad del

este del país a bordo del papamóvil en medio de una ovación hasta

llegar al escenario gigante instalado en la avenida Benjamin

Franklin Parkway, constató la AFP. Al final de la misa se anunció que el próximo festival de

familias católicas tendrá lugar en Dublín, Irlanda, en 2018.

El papa partió de regreso al Vaticano por la noche luego de ser

despedido por el vicepresidente estadounidense Joe Biden en el

aeropuerto internacional de Filadelfia.


"DIOS LLORA"

Por la mañana, Francisco protagonizó una muy esperada reunión

con víctimas de actos pedófilos cometidos por sacerdotes, dijo que

"Dios llora" por esos abusos y les prometió que los responsables

"rendirán cuenta".

"Dios llora. Los crímenes contra menores no pueden ser

mantenidos en secreto por más tiempo", afirmó a los obispos

estadounidenses al informarles del encuentro poco después en el

Seminario San Carlos Borromeo.

"Me comprometo a la celosa vigilancia de la Iglesia para

proteger a los menores y prometo que todos los responsables

rendirán cuenta", agregó el primer papa del continente americano.

Francisco recibió durante una media hora a tres mujeres y dos

hombres "víctimas de abusos sexuales perpetrados por miembros del

clero, educadores y miembros de sus familias", según el Vaticano.

Filadelfia, ciudad de la costa este a medio camino entre

Washington y Nueva York, fue una de las más afectadas en Estados

Unidos por este escándalo en los años 1980.


El papa había hablado de lo ocurrido durante este viaje, pero

siempre de manera discreta. Su antecesor Benedicto XVI se había

reunido con víctimas en Boston en 2008.

Desde el ala más dura de los afectados, la red de

sobrevivientes de aquellos abusados por sacerdotes (Snap, por sus

siglas en inglés), la reunión fue "una simple operación de

relaciones públicas", según un comunicado.


VISITA A PRISION

En otro día con una agenda cargada, el papa cumplió con una

actividad que a menudo forma parte de sus viajes pastorales,

dirigiéndose a la prisión de Curran-Fromhold en las afueras de

Filadelfia.

"He venido como pastor pero sobre todo como hermano a compartir

su situación y hacerla también mía", dijo en un discurso antes de

estrechar la mano uno por uno a los presos sentados en filas en un

amplio hall.


En su mensaje en español, criticó que "es penoso constatar

sistemas penitenciarios que no buscan curar las llagas, sanar las

heridas, generar nuevas oportunidades", en un país que aplica la

pena de muerte. 

Este décimo viaje del primer papa del continente americano

comenzó en Cuba, donde instó al país a continuar la senda de la

reconciliación.


Desde su llegada a Estados Unidos, Francisco

despertó una explosión de alegría, con multitudes que lo han

seguido a cada lugar en que estuvo.

Tratado como una estrella de rock, el papa se mantuvo firme en

sus principios de humildad y cercanía con los sectores más

vulnerables, desplazándose en un pequeño Fiat 500 o almorzando con

los sin techo en Washington.

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