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Internacionales Domingo 3 de Agosto de 2014

Escuela judía que funciona pese a los misiles

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REDACCION

Por REDACCION

(Enviado especial). -  Una escuela israelí del Consejo Regional Sha'ar HaNegev de Israel, que se encuentra cerca de la frontera con la Franja de Gaza, es afectada diariamente por el disparo de misiles desde el enclave y está fuertemente asegurado en contra de estos para poder asegurarles tranquilidad a sus estudiantes. A pesar de su situación de peligro constante, sus autoridades piden "que haya paz todos los días".

En una visita de la Agencia Judía de Noticias a sus instalaciones, una representante del Shaar HaNegev Secondary School, que alberga a 1.2000 alumnos, expresó que los estudiantes nunca han tenido un año sin que caigan cohetes. "Al principio comenzó con unos pocos disparos al área alrededor de aquí y los niños no eran muy serios sobre el tema. Pero todo cambió después. Hoy en día, cuando caen cohetes, sabemos que estos no son pequeños, son muy poderosos, destruyen hogares, matan gente, ya no están sólo para asustarnos", dijo.

La institución posee un campus de 14.000 metros cuadrados con dos edificios provistos por ORT Mundial y sus compañeros de la Fundación ICA y el Ministerio de Educación, con el apoyo de ORT de Gran Bretaña, ORT de Zurich y donantes privados de ORT Mundial en Inglaterra y Canadá. Además, el KKL Australia ha creado allí un anfiteatro y un jardín arqueológico para que los estudiantes puedan aprender en un ambiente verde y pacífico, llevar a cabo eventos como cualquier otro colegio y conectar con su herencia.

El modelo fue diseñado según el liderado por los colegios innovadores de Alta Tecnología de San Diego, Estados Unidos. Éste incluye ocho clases de ciencia, biología, química y física, más siete clases relacionadas con la tecnología, incluyendo planeamiento, supervisión, vehículo, electrónica y administración de empresas.

El alcalde del consejo regional, Alon Schuster, expresó: "Donde vivimos es un lugar muy pequeño que tiene diez kibbutzim, un centro de absorción con 600 inmigrantes etíopes y 8.000 personas. Vivimos una vida comunal y la

terminamos aquí ante la amenaza permanente de cohetes, balas y misiles".

"El mes pasado empezamos un estudio social interno, para intentar entender si todos nuestros esfuerzos en los últimos 30 años eran suficientes para alcanzar la paz a largo plazo. Nuestro desafío es seguir con la educación cultural con la presunción que la situación no cambiará ahora, pero sí en algún momento", agregó.

Miembros de la institución expresaron que si bien muchas personas creyeron que no se verían afectadas por los cohetes, "ante la realidad de los misiles y las sirenas de alerta se puede decir que estos chicos están sufriendo. Cuando se activa la alarma lo primero que todos hacen es sacar el teléfono y llamar a sus familiares".

"Muchos estudiantes prefieren venir al colegio a quedarse en casa, porque 

sienten que tienen un lugar al que correr. Tenemos una sirena y un tiempo determinado para entrar al refugio. Lo más peligroso del colegio no es que haya bombas y tener que correr para estar a salvo, sino que muchos de los disparos ocurren en horarios en los que los chicos entran o salen", agregaron.

Además, puntualizaron que quienes viven en el área nunca están seguros. Debido a esto el colegio tuvo que evaluar la situación ya que descubrió que con ataques constantes era difícil alcanzar los potenciales máximos de sus estudiantes. "Tratamos de construir un edificio seguro para nuestros estudiantes. Nos enorgullecemos en decir que es una construcción 100% segura. Ya no tenemos que dejar de enseñar cuando hay una sirena, seguimos normalmente. Cuando los estudiantes están afuera hay áreas seguras a las que pueden correr ante un ataque", expresó.

"Educamos niños que se preocupan también por el otro lado. Una vez uno me preguntó cómo se sentirían los niños palestinos que no tienen estos refugios. Ellos son muy sensibles hacia el otro. Son así porque viven en la misma situación", agregó.

Un estudiante del colegio dijo, en diálogo con AJN, que si bien es un poco difícil ser israelí en esa zona, el colegio es "donde uno se siente más seguro". "Para nosotros el disparo de misiles es normal; crecimos en esto. El alerta roja (que avisa la inminente llegada de un proyectil) no nos significa un cohete que va a caer sobre nosotros, simplemente que tenemos que ir al refugio antibombas", expresó.

"Es importante que la gente venga a visitar el Estado judío y que conozca la situación. Que vean que los medios de comunicación no reflejan lo que realmente pasa y que vean lo que hace el ejército", agregó. Fuente: Agencia Judía de Noticias).







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