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Internacionales Domingo 22 de Marzo de 2015

El Papa clamó contra la corrupción que "apesta"

EN NAPOLES TAMBIEN SE PRONUNCIO CONTRA LA CAMORRA

REDACCION

Por REDACCION

NAPOLES, Italia, 21  (AFP-NA). - El papa Francisco clamó

contra la corrupción que "apesta y roba la esperanza" a

generaciones enteras durante su visita este sábado a Nápoles, en

el sur de Italia, e instó a sus habitantes a reaccionar contra la

Camorra y el "cínico comercio de la droga". 

Acogido triunfalmente por cientos de miles de napolitanos en

todos los lugares que visitó, Francisco quiso detenerse en dos

sitios emblemáticos: el barrio pobre y minado por la mafia de

Scampia y la superpoblada cárcel de Poggioreale, donde almorzó con

120 detenidos, transexuales y emigrantes.


Desde Scampia, rodeado de miles de personas, entre ellas

numerosos niños, el papa argentino lanzó uno de sus discursos más

duros y directos contra los grandes males de Italia: corrupción,

desempleo y abandono de los migrantes.

"Cuánta corrupción hay en el mundo", dijo.

"La corrupción es

sucia y la sociedad corrupta apesta. Un ciudadano que deja que le

invada la corrupción no es cristiano, ¡apesta!", dijo usando

palabras en napolitano e improvisando en varias ocasiones.

En un discurso apasionado, de los seis programados durante su

permanencia de un día, el papa invitó a los napolitanos "a no

dejar que la corrupción y la delincuencia desfiguren el rostro de

esta bella ciudad".

"La vida en Nápoles nunca ha sido fácil, pero tampoco ha sido

nunca triste. Vuestro gran recurso es la alegría", dijo desde el

barrio que registra el récord de desempleo de Europa (61%),

dominado por la temida mafia napolitana.

"Aquí se ha intentado crear una tierra de nadie, para arrancar

todos los valores. Un territorio en manos de la llamada

microviolencia. Siento vivamente este drama", reconoció el

pontífice latinoamericano, muy sensible a estos a temas sociales.


"Los que transitan la vía del mal, roban un pedazo de

esperanza, a sí mismos, a la sociedad, a tanta gente honesta, a la

buena reputación de la ciudad, a su economía", explicó el papa.

"La corrupción apesta, la sociedad corrupta apesta, como apesta

un animal muerto", insistió Francisco en la plaza Juan Pablo II

del barrio de Scampia, bautizada así en homenaje al papa polaco

que la visitó en 1990.


Francisco, que quiso animar a la gente a mantener la esperanza,

que se tomó selfies con algunos, pidió a los jóvenes que elijan el

camino de la educación e invitó a los napolitanos a acoger a los

migrantes.

"Todos somos emigrantes. La palabra emigrante la llevamos

escrita en la carne", dijo emocionado.

"Queridos napolitanos, no se dejen robar la esperanza", clamó

en varias ocasiones, convirtiéndolo en el lema de su visita.


"REACCIONEN

CONTRA LA DROGA"

Con tono más solemne, durante la misa oficiada desde la

céntrica e inmensa plaza del Plebiscito, rodeado de fotos de los

santos napolitanos, el papa clamó contra los mafiosos.

"Reaccionen con fuerza contra una organización que explota y

corrompe a los jóvenes, a los pobres y frágiles con el cínico

comercio de la droga", instó ante miles de personas.


"A los criminales y a sus cómplices, como hermano, les repito:

convertíos al amor y a la justicia", lanzó.

Recibido a la entrada de Poggioreale con la conocida canción

local "Oi vita, oi vita mia", el papa almorzó y conversó con un

grupo de 120 detenidos, entre ellos varios latinoamericanos y una

decena de transexuales.


"En la cárcel descubrí a Dios a través de la catequesis, la

misa y su libro Mente abierta, corazón creyente", le confesó el

argentino Claudio.

Antes de visitar Scampia, el papa Francisco estuvo en el

santuario de la Virgen del Rosario de Pompeya, muy venerada por

los habitantes de la región.

La ciudad desplegó un imponente dispositivo de seguridad, que

incluyó 3.000 hombres y francotiradores en los techos, para velar

por la seguridad del papa que recorrió en papamóvil en total un

trayecto de 25 kilómetros.

El programa incluyó también una visita a la catedral para

venerar la sangre de San Genaro, un encuentro con enfermos y otro

con jóvenes a orillas de la célebre bahía.

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