Por REDACCION
WASHINGTON, 2 (AFP-NA). - El presidente estadounidense,
Barack Obama, acusó ayer a los republicanos de lanzar una
"cruzada ideológica" y les pidió poner fin a la paralización de
servicios del gobierno federal, que dejó a 800.000 empleados
públicos de vacaciones forzadas.
En un discurso en la Casa Blanca, Obama dijo que los
republicanos lanzaron una "cruzada ideológica" para intentar
acabar con su reforma de la salud, aprobada en 2010 y centro de la
disputa por fondos en el Congreso.
"Han paralizado al gobierno en nombre de una cruzada ideológica
para negar cuidados de salud asequibles a millones de
estadounidenses", dijo el mandatario.
Varios servicios públicos quedaron paralizados a partir del
martes, por primera vez en casi 18 años, tras el fracaso de las
negociaciones entre republicanos y demócratas en el Congreso para
consensuar el presupuesto para el ejercicio fiscal 2013-2014.
Esta situación podría agravarse de nuevo dentro de dos semanas
si no hay acuerdo político sobre el límite legal de endeudamiento
del país.
Desde ayer, unos 800.000 empleados públicos de servicios
considerados no esenciales, de un total de dos millones, se tienen que quedar en casa sin sueldo hasta nueva orden, por lo que permanecerán cerrados parques nacionales, museos y monumentos, incluyendo la emblemática
Estatua de la Libertad.
"Aprueben un presupuesto y terminen la parálisis", exigió Obama.
GOBIERNO AL MINIMO
Pese a las intensas negociaciones en la noche del lunes al
martes entre el Senado con mayoría demócrata y la Cámara de
Representantes, dominada por los republicanos, ningún proyecto de
ley pudo ser adoptado a la medianoche menos un minuto de
Washington, cuando terminaba el ejercicio fiscal anterior.
En consecuencia, la Casa Blanca ordenó que las dependencias
federales cesaran parcialmente sus actividades y enviaran a sus
casas, sin sueldo, al personal "no esencial" al que no se puede pagar.
Algunas agencias pasarán a actuar con apenas 5% de su personal.
Este martes en Washington, algunos empleados públicos iban a
sus oficinas para finiquitar todo y colocar en sus correos
electrónicos un mensaje automático de ausencia.
En medio de la pulseada, Obama promulgó una ley que garantiza a
los militares que serán pagados pase lo que pase.
Al margen del impacto concreto del "shutdown" (cierre) del
gobierno federal, su efecto en los mercados mundiales era este
martes apenas perceptible.
Wall Street y las bolsas europeas
abrieron con alzas y Tokio cerró en verde.
Pero los expertos miran con inquietud otra fecha: si antes del
17 de octubre republicanos y demócratas no se ponen de acuerdo
sobre un aumento del límite legal de endeudamiento, Estados Unidos
podría verse incapacitado para hacer frente a sus obligaciones
financieras y hallarse así en default sobre parte de su deuda.
De momento, Estados Unidos capta dinero en condiciones muy
favorables pero una moratoria parcial podría tener consecuencias
imprevisibles sobre el coste de su financiación, con un nefasto
efecto de reacciones en cadena en los mercados mundiales, según
expertos.
UN FORCEJEO
DE 33 MESES
El fracaso del Congreso materializado este martes corona 33
meses de forcejeo permanente entre demócratas y republicanos sobre
el presupuesto.
Unos y otros se han acusado mutuamente del fracaso. "Es una
vergüenza que estas personas, elegidas para representar al país,
acaben representando al Tea Party (ala conservadora del partido
Republicano, ) y a los anarquistas", bramó Harry Reid, jefe de la
mayoría demócrata del Senado.
En respuesta, el legislador republicano Ted Poe publicó en
twitter un mensaje responsabilizando al gobierno: "Estamos en esta
situación porque el presidente y los demócratas del Senado querían
este resultado desde el inicio".
El presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, señaló este martes que la incertidumbre generada por la crisis podría causar "graves perjuicios a los mercados emergentes y en desarrollo de Africa, Asia y América Latina".
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