Por Redacción
FRANCFORT, 3 (AFP-NA). - El presidente del Banco
Central Europeo (BCE), Mario Draghi, condicionó el jueves la
intervención de la entidad para frenar la presión de los mercados
sobre países como España e Italia a que los gobiernos pidan
formalmente ayuda, lo que hundió las Bolsas y disparó la prima de
riesgo.
Draghi recordó en una conferencia de prensa que los países en
dificultades deben pedir ayuda al Fondo Europeo de Estabilidad
Financiera (FEEF) y al futuro Mecanismo Europeo de Estabilidad
(MEDE) para intervenir en el mercado de la deuda.
A cambio, los países europeos en dificultades se tendrán que
comprometer a proseguir sus esfuerzos de saneamiento fiscal y
reformas estructurales, lo que lleva su tiempo.
"La política monetaria no puede todo y menos compensar la falta
de acción de los políticos", advirtió Draghi, en lo que parece un
cambio de actitud con respecto a la semana pasada cuando anunció
que el BCE haría todo lo posible para frenar la crisis.
No obstante, Draghi consideró "inaceptables" las tasas que
pagan Italia y España para financiarse y dejó abierta la puerta a
que el BCE realice "operaciones en el mercado abierto de una
dimensión adecuada para alcanzar su objetivo", aunque para ello
habrá que perfilar en las "próximas semanas" los detalles.
La falta de anuncios concretos hundió a las bolsas europeas, en
particular a las de Madrid y Milán, que perdieron el 5,16% y
4,64%, respectivamente.
Asimismo, los tipos de interés para los bonos a 10 años de
Italia superaron el 6% y los de España el 7%, tras la rueda de
prensa de Draghi.
En Madrid, los jefes de gobierno de España e Italia, Mariano
Rajoy y Mario Monti, rechazaron hablar de un "rescate" de sus
países, aunque examinarán la modalidad de una ayuda europea.
"Medidas como un bail out (rescate) no va a haber, pero medidas
de acompañamiento para evitar primas de riesgo excesivas (...),
las tendremos que analizar", afirmó Monti en una conferencia de
prensa conjunta con Rajoy.
"Vamos a ver cuáles son esas medidas", agregó el jefe del
ejecutivo español, que se negó a responder a preguntas sobre una
eventual petición de rescate por parte de su país.
Ambos países han realizado importantes recortes
presupuestarios, por lo que, según analistas, un rescate
condicionado no haría más que agravar la austeridad en medio de la
recesión y el desempleo, en particular en España, donde afecta a
un cuarto de la población, y del creciente descontento social.
Hasta el propio Fondo Monetario Internacional (FMI) presionó al
BCE para que adopte más medidas de impulso para la debilitada
economía de la zona euro, luego de que Draghi sepultara las
esperanzas de una acción inmediata.
Aunque el FMI reconoció que la política monetaria no resolverá
todos los males que aquejan a la eurozona, considera que "más
políticas de flexibilización y medidas de impulso no
convencionales aliviarían las tensiones mientras se implementan
otras políticas que surtan efecto".
Draghi reiteró no obstante el compromiso unánime de los 23
miembros del consejo de gobernadores de "hacer todo" lo posible
para proteger la zona euro, al igual que había dicho la semana
pasada en Londres y que hicieron pensar en una intervención
contundente del BCE esta semana.
Pese al recrudecimiento de la crisis y a la cada vez más
posible salida de Grecia de la zona euro, Draghi ha recordado el
carácter "irreversible" del euro y la "inutilidad" de que se
apueste contra la moneda única, que volvió a caer ante el billete
verde a 1,2147 dólares contra 1,2223 el miércoles.
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