Por REDACCION
RIO DE JANEIRO, 7 (AFP-NA). - En plena campaña
electoral en Brasil, el exdirector de la petrolera estatal
Petrobras Paulo Roberto Costa, preso por lavado de dinero, delató
un amplio sistema de corrupción que compromete a parlamentarios,
especialmente de la coalición de la presidenta y candidata, Dilma
Rousseff.
Las dos principales rivales en la contienda presidencial,
Rousseff y la ecologista Marina Silva, cuya agrupación también fue
aludida por Costa, dijeron que aguardarán las conclusiones de las
investigaciones.
Según informaciones de prensa, en un interrogatorio realizado
por la Policía Federal, Costa acusa al menos a medio centenar de
parlamentarios de partidos de gobierno de haber recibido sobornos
por contratos.
De acuerdo con el periódico opositor Folha de Sao Paulo, se
trata de 49 diputados, 12 senadores y un gobernador que militarían
en el oficialista Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) y en
sus aliados PMDB (centroizquierda) y Partido Progresista (PP).
Entre los implicados, según informó este sábado el semanario
Veja, de línea opositora al gobierno, estarían el presidente del
Senado, Renán Calheiros, el presidente de la Cámara de Diputados,
Henrique Alves, ambos del PMDB, el ministro de Minas y Energía,
Edison Lobao, y autoridades de estados donde Petrobras tiene
inversiones, uno de ellos el hoy fallecido exgobernador de
Pernambuco y excandidato presidencial, Eduardo Campos, del Partido
Socialista (PSB). Alves y Lobao negaron las acusaciones.
Contactada por la AFP, la Policía Federal se abstuvo de hacer
comentarios.
CANDIDATOS
PIDEN PRUDENCIA
En declaraciones a la prensa, la presidenta Rousseff, candidata
del PT, dijo que primero conocerá bien cuáles son las
informaciones entregadas para luego tomar las medidas que
correspondan.
En tanto, Marina Silva, que asumió la candidatura del PSB tras
la muerte de Campos en un accidente aéreo, también apeló a la
prudencia.
"El hecho de que haya habido un emprendimiento en
Petrobras en el estado de Campos, no da derecho a nadie a
incluirlo en la lista de quienes cometieron irregularidades", dijo
Silva, favorita para vencer a Rousseff en segunda vuelta.
Por su parte, el socialdemócrata Aécio Neves, tercero en las
preferencias, si bien exigió sanción para los responsables, pidió
tener "mucho cuidado" con realizar afirmaciones sin conocer
detalles de las denuncias.
Las confesiones de Costa ocurren bajo un régimen de confesión
que le permitiría obtener beneficios judiciales. Su declaración
fue enviada al Tribunal Supremo Federal, que deberá decidir si
valida o no este acuerdo.
Debido a la falta de confirmaciones oficiales, es difícil
prever las consecuencias de este escándalo en las elecciones
generales del 5 de octubre. Si estas acusaciones se confirman, las
revelaciones jugarán en contra de Rousseff, considerando la
importante tutela ejercida por Brasilia sobre Petrobras.
Por su parte, Silva ha prometido una "nueva política",
desmarcándose de la practica de los grandes partidos, y surfea
hábilmente sobre la ola de la protesta social anti-sistema de los
jóvenes brasileños, iniciada en junio de 2013, contra el
deficiente estado de los servicios públicos y la corrupción.
Si bien durante su mandato Rousseff apartó a varios ministros
sospechosos de corrupción, nadie olvida el "mensalão", escándalo
de compra de votos en el Congreso durante el primer gobierno de su
antecesor y padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva.
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