Por Redacción
ARRANCA LA NEGOCIACION DE PAZ ENTRE LAS FARC Y EL GOBIERNO
COLOMBIANO
HURDAL, 19 (AFP-NA). - El gobierno colombiano
y la guerrilla de las FARC abrieron formalmente ayer en
Noruega la negociación de paz que proseguirá a partir del 15 de
noviembre en La Habana, con la intención de poner fin a un
conflicto de casi medio siglo, pero sin un plazo ni un alto el fuego.
"Voceros del Gobierno de Colombia y de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo, FARC - EP,
acordamos la instalación pública de la mesa de conversaciones
encargada de desarrollar el acuerdo general para la terminación
del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera",
dice el comunicado difundido en Hurdal, al norte de la capital
noruega.
"De esta manera, se inicia formalmente la segunda fase" de las
conversaciones, añade el texto, leído en español por un
representante de Cuba y en inglés por uno de Noruega, países que
ofician de garantes del diálogo.
La primera fase se realizó en La Habana, en contactos secretos,
y la segunda proseguirá el 15 de noviembre en la isla caribeña,
entrando ya de lleno en el primero de los cinco puntos de la
agenda pactada, sobre desarrollo agrario.
Los otros puntos son participación política, narcotráfico,
desarme y derechos de las víctimas.
Una tercera fase se iniciaría con la implementación de
mecanismos de verificación de un eventual acuerdo final de paz,
para el cual no hay plazos.
Las delegaciones de ambas partes comparecieron juntas para la
lectura del comunicado, en una señal clara de compromiso de
diálogo, aunque no se estrecharon la mano y luego dieron ruedas de
prensa separadas.
El jefe negociador del gobierno, el exvicepresidente Humberto
de la Calle, reconoció que las FARC habían "cumplido rigurosamente
sus compromisos" y esperó que cesen su lucha armada.
Las negociaciones se llevarán a cabo sin un alto el fuego,
reclamado por los insurgentes pero rechazado por el gobierno del
presidente Juan Manuel Santos.
"No se tratará el cese al fuego a no ser al final" del proceso,
dijo De la Calle.
Aunque no hay plazos, el gobierno quiere acelerar los
resultados. "Trabajemos rápido, que es la mejor manera de evitar
lo que está ocurriendo en Colombia", dijo el representante
gubernamental.
El negociador de las FARC, Iván Márquez, insistió por su lado
en que sin justicia social, la paz sería una "quimera".
"Una paz que no aborde la solución de los problemas políticos y
sociales (...) equivaldría a sembrar de quimeras el suelo de
Colombia", declaró.
Por eso, rechaza la precipitación, "la pretendida paz exprés".
Las FARC insistieron en que quieren en la mesa de negociación
al líder guerrillero Simón Trinidad, que purga una condena de 60
años de cárcel en Estados Unidos. Pero el gobierno dejó claro que
su presencia no está en discusión.
Después de tres fracasos en los últimos 30 años, el gobierno y
las FARC dan así otra oportunidad a la paz, con la esperanza de
acabar con un conflicto que en casi medio siglo dejó centenares de
miles de muertos.
Para ello cuentan con el respaldo de la comunidad
internacional, incluido el de Estados Unidos, que lo apoya "sin
involucrarse" pero manteniéndose informado "regularmente", afirmó
el miércoles una portavoz del Departamento de Estado.
La guerrilla de las FARC no es la única activa en Colombia. El
guevarista Ejército de Liberación Nacional (ELN) cuenta con 2.500
integrantes.
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