Por REDACCION
El de por sí enrarecido clima de París a partir de la irrupción de los chalecos amarillos se vuelve aún más irrespirable ahora por la aparición de los vándalos o "casseurs", que andan encapuchados, se tapan la cara y salen a romper vidrieras para robar. Extremadamente hostiles incluso con la prensa porque no quieren ser identificados por sus delitos a través de las imágenes de la televisión o fotos.
Por eso mismo, los canales de televisión se retiraron de las zonas de acción de los casseurs para proteger a su personal y sus equipos de los ataques de los vándalos radicales.
Camuflados en las protestas callejeras de los chalecos amarillos, los violentos ladrones son difíciles de distinguir para la policía.
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