Por Santiago Pérez (*)
Continúan disminuyendo las posibilidades de Dilma Rousseff de imponerse en la primera vuelta electoral de las elecciones presidenciales del próximo 5 de octubre. Esto se debe principalmente a dos motivos. En primer lugar, la imagen de la actual mandataria se muestra con una leve tendencia a la baja, alcanzando hoy el 37% de intención de voto. En segundo lugar, el crecimiento del senador del PSDB Aécio Neves, quien ha visto incrementada su intención de voto desde un 16% a inicios de abril al 20%. Comienza así, a surgir un rival competitivo.
En el escenario actual, la líder del PT lograría un 37% de los sufragios mientras la suma de los candidatos opositores más relevantes aglutinaría el 38%. Situación de virtual empate técnico considerando el margen de error de las estadísticas.
En las últimas horas, el Partido de los Trabajadores y la propia Presidente se han esforzado en intentar detener la pérdida de popularidad y en desarticular el movimiento en favor del eventual regreso de Luiz Inacio "Lula" da Silva. Los números muestran que el 75% de los votantes de la fuerza oficial se inclinarían por la candidatura de Lula por sobre la de Dilma.
El nivel de aprobación de la gestión gubernamental se encuentra relativamente estable, un 36% la considera "buena" o "muy buena" contra un 35% de un mes atrás. Si bien las perspectivas económicas para el resto del año no son las más alentadoras, las expectativas de la población dejaron de empeorar, un dato alentador para el oficialismo.
La Constitución Brasileña estipula que si el candidato ganador no alcanza el 50% de los votos se pasa a un segundo turno electoral, por lo que con los números actuales es ese un escenario posible.
Los números aquí expuestos se desprenden de una encuesta realizada por el instituto Datafolha entre los días 7 y 8 de mayo. Fueron entrevistadas 2.844 personas en 174 ciudades del país. El margen de error es del 2% y el nivel de confianza del 95%.
(*) Desde Brasil.
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