Por REDACCION
LA PAZ. - Una sequía prolongada en Bolivia y uno de los inviernos más calurosos registrados amenazan con dejar partes del país sin agua, incluida la ciudad de El Alto, a una altitud de unos 4.000 metros sobre el nivel del mar.
El cambio climático está afectando a los glaciares de los Andes bolivianos que proporcionan agua dulce a los humedales, manantiales y represas circundantes, y los residentes de El Alto, encaramados sobre La Paz, ahora solo pueden acceder al agua en ciertos momentos del día.
Bertha Apaza, una residente local, comentó que el calor extremo era una señal clara del cambio climático que ahora había obligado a la ciudad a racionar el uso del agua. "Tenemos horarios para recibir agua, no tenemos suficiente para cocinar ni para lavar la ropa y mucho menos para ducharnos", declaró, consultada por un cronista de la agencia de noticias Reuters según la cual Bolivia experimentó algunas de las temperaturas más extremas en agosto y septiembre, que suelen ser meses templados.
Los vecinos Brasil, Paraguay y Perú también experimentaron inusuales olas de calor a finales del invierno y principios de la primavera, con temperaturas récord de todos los tiempos en el hemisferio sur, incluidas grandes zonas del sureste de Australia.
Algunas áreas que alguna vez fueron fértiles en la región occidental de Bolivia han quedado reducidas a polvo. Muchos de los que viven en El Alto, una ciudad de alrededor de un millón de habitantes, provienen de comunidades agrícolas que crían ganado y plantan hortalizas para sobrevivir.
La sequía cobró un alto precio a Catalina Mancilla, quien recientemente vio morir de sed a algunos de sus animales de granja, antes de que el gobierno local instalara un tanque de agua comunitario. "Ahora podemos beber agua y mis animales también beberán lo suficiente", afirmó.
Las autoridades siguen confiando en que las reservas de agua durarán hasta diciembre, cuando suele llegar la temporada de lluvias, aunque cientos de miles de familias y vastas extensiones de tierras agrícolas y ganaderas ya se vieron afectadas.
Los miembros de la comunidad científica advierten que la situación podría volverse crítica con el patrón climático de El Niño que llegará en diciembre, alterando potencialmente el pronóstico y aumentando la temperatura. "Estamos ante una situación muy, no quiero usar la palabra peligrosa, pero sí preocupante", apuntó Óscar Paz, experto en cambio climático y profesor de la Universidad Mayor de San Andrés, añadiendo que El Niño podría durar dos años.
El Niño puede provocar fenómenos meteorológicos extremos, desde incendios forestales hasta ciclones y sequías en algunas zonas, y más precipitaciones en otras.
En Cochabamba, ya es un hecho que se recurrirá a la medida extrema conocida como “bombardeo de nubes”, que consiste en la generación de lluvia por métodos de intervención artificial aérea. El viceministerio de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, anunció el inicio de este trabajo el 15 de octubre. Solo quedan pendientes los estudios que determinen puntualmente en qué regiones de Cochabamba esta intervención es más urgente.
Esta no sería la primera vez que en el país se aplica este método. El “bombardeo de nubes” se realizó ya en 2017, también en medio de una preocupación por la dotación de agua, según recordó el diario La Razón de Bolivia. (Reuters-NA)
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