Por Redacción
ATENAS, 23 (AFP-NA). - El Consejo de Ministros griego aprobó ayer el plan presupuestario de austeridad 2012-2015, así como las leyes para su aplicación, informó una fuente gubernamental.
Esta aprobación tiene lugar al día siguiente de una moción de confianza del Parlamento al nuevo Gobierno socialista tras una remodelación ministerial decidida la semana pasada por el primer ministro Giorgos Papandreou para reforzar su mayoría con vista a la votación de este presupuesto antes de finales de junio, como piden los acreedores del país, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.
"El voto de confianza confirma que hay que proseguir con este esfuerzo difícil y nacional que habíamos empezado el año pasado", afirmó Papandreou a sus ministros durante la reunión de gabinete de ayer que duró cuatro horas. "Estamos librando una dura batalla para asegurar la ayuda financiera a nuestro país y gestionar la deuda pública", subrayó.
Tras un primer préstamo de 110.000 millones de euros durante un plazo de tres años acordado a Grecia en mayo de 2010 a cambio de un primer paquete de medidas de austeridad, la UE y el FMI exigieron más medidas de rigor hasta 2015 para seguir ayudando al país.
El 9 de junio, el Consejo de Ministros ya había dado su visto bueno a un muy controvertido proyecto de ley de presupuesto plurianual 2012-2015 -que aumenta los impuestos, reduce el gasto público y prevé una ráfaga de privatizaciones- pero faltaban las leyes de aplicación.
Para alcanzar los objetivos del plan presupuestario, que prevé hasta 2015 ahorros de 28.400 millones de euros y privatizaciones por 50.000 millones, el texto detalla los cortes presupuestarios previstos, según el Ministerio de Finanzas: reducción de las jubilaciones, de los subsidios sociales, de la masa salarial y del número de empleos en el sector público.
La ley crea un "nuevo fondo" encargado de las privatizaciones, "bajo control internacional" de la troika, la delegación trilateral encargada de vigilar las finanzas griegas por la zona euro, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), indicó al parlamento el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos. Estos "observadores" extranjeros proporcionarán sus "conocimientos" y asegurarán la "transparencia" del proceso, añadió.
Más allá de esto, el clima social sigue siendo muy tenso. Los sindicatos preparan una huelga de 48 horas que coincida con la votación del plan presupuestario y de la ley de aplicación. Por su lado, los "indignados" prosiguen sus movilizaciones aunque ya no consiguen congregar a decenas de miles de personas, tal como lo hicieran a principios de junio.
Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.