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Información General Domingo 21 de Junio de 2020

Paloma Urrutia y el camino del cine para ser sustentable y reducir su contaminación

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REDACCION

Por REDACCION

BUENOS AIRES (Télam, 21). - Si bien la industria del cine no es una de las más contaminantes, cada rodaje, festival y proyección deja su considerable huella de carbono y de residuos, algo que debe mermar de cara al año 2030 que la ONU puso como límite para que la crisis climática no llegue al punto de no retorno, un camino que la productora española Paloma Urrutia transita y dará a conocer este lunes en una charla virtual en el Festival de Cine Ambiental (Finca).

"Nuestro planeta, en el estado en el que está ahora, nos plantea muchos retos, y es necesario que todas las industrias y sectores comiencen a hacer una transición en su modelo productivo. El cine, además de ser una industria que genera impactos, es una ventana enorme a la sociedad que llega a millones de personas y considero muy importante que sea ejemplo", dijo a Télam la consultora.

Según datos otorgados por la propia Urrutia, una ficción mediana puede llegar a emitir unas 50 toneladas de dióxido de carbono; un número considerable si se tiene en cuenta que es lo que produce, aproximadamente, un avión que hace el trayecto Buenos Aires-Córdoba.

El problema no radica en esa única producción. Por año Argentina produce un promedio de 90 películas, a lo que deben sumarse los rodajes publicitarios o corporativos.

"Cada vez se plantea más, al igual que en todas las demás industrias hay preocupación y ganas de cambio. Cambia mucho según los países. Inglaterra o Francia tienen incentivos específicos para mejorar los impactos de sus rodajes, la Unión Europea trabajar en la creación de sellos y certificados en países como Bélgica o España. Hay un creciente movimiento en este sentido", explicó Urrutia.

A pesar de que Argentina está atrasada en la materia, el año pasado se estrenó "La sequía", de Martín Jáuregui, cinta que se filmó íntegramente con energía solar en Catamarca.

Y también está el proyecto regional Ecocinema, que lleva el cine a diferentes países de América Latina a través de proyecciones con energía solar.

"Después de trabajar en temas de sostenibilidad para sectores más complejos como el mundo del agua, consideré que el cine tenía un atractivo que me permitiría llevar los mensajes de sostenibilidad a más personas. Trabajar en una industria que es capaz de transmitir mensajes a sus espectadores me parece una gran oportunidad. Dar este tipo de formaciones es una de las cosas que más me llena, considero fundamental que este tipo de información se conozca y sirva para motivar a más gente para el cambio", sostuvo Urrutia.


Télam: En tu experiencia como consultora, ¿creés que la gente es permeable al cambio en favor del medio ambiente?


Paloma Urrutia: La gente cambia cuando ve que es necesario. He visto crecer de forma exponencial la preocupación por el medio ambiente por parte de la sociedad en general en los últimos años. Sí creo que la gente es permeable al cambio y lo estamos viendo cada vez más, pero necesitamos que estas ganas de cambio sean más rápidas. Soy optimista respecto de las cosas que podemos llegar a cambiar en el futuro.


T: No sólo los rodajes contaminan. Los festivales de cine también dejan una huella de carbono importante por la cantidad de aviones que mueven y los residuos que generan.


PU: Toda la actividad humana tiene una huella ecológica de alguna forma u otra. Cualquier actividad que llevemos a cabo tiene un residuo, y obviamente los festivales de cine también la tienen. El transporte de personas y materiales es una de las principales fuentes de emisión y generación de impacto de nuestra actividad. Las actividades online son, sin duda, el futuro, y la prueba de ello es que estamos apostando por este formato para las actividades de FINCA en las que participo. Habrá muchas actividades que en el futuro reduzcan sus desplazamientos, pero habrá que valorar también la posible pérdida de las sinergias que genera el contacto humano. Probablemente necesitemos eventos mixtos, buscando minimizar los impactos negativos y maximizar los positivos.


T: El Panel de la ONU para el Cambio Climático habla de reducciones de gases contaminantes de acá a 2030 para evitar una catástrofe ambiental. ¿Creés que podremos o estamos condenados?


PU: Los datos no son muy halagüeños, la realidad es que no nos queda mucho tiempo antes de pasar a un punto de no retorno, pero aun así creo que se puede. Quiero creerlo. No me resigno a cruzarme de brazos y pensar que estamos condenados. El cambio necesario es grande y costoso, pero también presenta muchas oportunidades aun inimaginables.


T: ¿Qué puede aportar el cine a esto?


PU: El cine es sólo un agente más dentro de un modelo productivo condenado a desaparecer si no se hace más sostenible. Son todos los sectores los que deben hacer frente a la transformación, pero el cine aporta cosas que otros sectores no tienen tan fácilmente: identificación emocional. El cine es un arte que permite transmitir ideas, mensajes, que genera ilusiones a través de sus historias. El cine es una gran ventana al mundo que puede ayudar a que el mensaje de la sostenibilidad llegue a muchas más personas. La producción audiovisual, como industria cultural, tiene, en mi opinión, el deber moral de servir de altavoz para el cambio. ¿Por qué? Porque tiene la capacidad de hacerlo.



 

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