Por Esteban Soldano
La estrategia elegida por el gobierno, el aislamiento temprano, celebrado en el establishment como acierto, comienza a tener múltiples contraindicaciones, dicho en un cierto sentido metafórico, dicen por allí que después de las guerras, es siempre más importante la situación de los vivos que el número de muertos.
Volver a la ciudad, al encuentro, a las costumbres anteriores no será posible en la misma medida que antes, pero de alguna manera la aislación total nos lleva a convertirnos en otros seres. No hay mundo sin hombre ni hombre sin mundo afirmaba Heidegger, como tampoco sin historia, razón por la cual es tiempo de seguir escribiéndola, están en el presente todas las posibilidades de ser.
La creatividad tiene su turno ahora, amalgamada con la ciudad que reclamábamos , la que debía contener nuestro tiempo y necesidades . Es aquí donde el problema pasa a ser una oportunidad. Entendiendo también la deuda que teníamos con nuestra existencia. Hay quienes sostienen que bajando el ritmo va a ver más encuentros con familiares y amigos en una revalorización de la vida y el afecto, aunque una gran comunicación adoptará el formato por teleconferencias. Crecerá el trabajo a distancia y los encuentros serán cuando sea importante hacerlos.Tendremos la oportunidad de ser menos consumistas y ser mejores consumidores, aprendiendo a diferenciar lo caro de lo costoso, las modas de las tendencias, a lo mejor viremos con menos, pero viviremos mejor.
El futuro tendrá nuevos códigos que conlleven a otros comportamientos que exijan otros diseños para el encuentro familiar y social. Cambiará el paradigma de principios y el ser humano buscara otras cosas.
Qué oportunidad nos da la pandemia, de ver atmósfera más limpia dada los pocos autos que circulan, la instalación del auto eléctrico dará un paso muy grande, las baterías evolucionan a pasos agigantados y el hidrógeno es el gran futuro para cuya consolidación hoy no está la tecnología lista para liderar al automóvil.
Lo diseños que aíslen, que generen distancia pero a su vez mantengan proximidad, van a ser los protagonistas centrales de la nueva historia, que debió empezar antes por la gran cantidad de sustancias tóxicas del ambiente, la distancias y el hacinamiento. La nueva materialidad se instalará en la cotidianeidad de nuestros días. Tan lejano y tan cercano esta la historia de aquel niño de la burbuja que no podía vivir en este mundo sin ella, como si el pasado se hubiera adelantado y ahora estaría adelante.
Ya se empezaron a desarrollar equipamientos de aislación en los lugares donde está el mayor contagio, como en los hospitales, clínicas y sanatorios, como el que protege la vida de médicos que atienden infectados por el covid19.
El arquitecto de Boston Eric Höweler y un equipo de la Escuela de Graduados de Diseño de Harvard han ayudado a los médicos locales a desarrollar campanas de aislamiento para pacientes, un nuevo tipo de dispositivo que podría salvar la vida de los trabajadores de la salud e "impactar en todo el mundo" en la lucha contra el coronavirus .
Hecho de una sola hoja de plástico doblado, la campana de aislamiento del paciente se desarrolló desde el principio en solo nueve días y ya se probó en el Hospital General de Massachusetts a partir del martes.
La capucha de aislamiento de paciente (PIH) transparente, similar a una cúpula, se ajusta sobre la cabeza y los hombros del paciente, protegiendo al personal del hospital de viriones o partículas de virus que las personas con coronavirus respiran o expulsan.
"La campana de aislamiento del paciente está en algún lugar entre una escala portátil y una arquitectónica", dijo Höweler a Dezeen. "Es como una pequeña casa que se coloca sobre el cuerpo de un paciente durante un procedimiento arriesgado".
En el otro extremo los encuentros sociales serían el otro factor de riesgo donde hay que pensar no solo desde las aislaciones de equipamiento personal hasta los puntos de encuentro como las mesas y lugares de atención de bares y comedores donde planchas de materiales transparentes empiezan a aportar las soluciones en los primeros pasos del regreso hacia la nueva integración concreta de la sociedad.
Es entendible que las medidas de un país como Suecia no se puedan implementar aquí, y es precisamente donde cobra valor la regionalización del problema, donde contemplar la cultura lugareña para la concepción de un plan, que si no está hecho a la medida de la sociedad para la cual se piensa aplicar, seguramente fracasará.
Es importante volver a la calle, en forma medida, al aire libre, lo que no quiere decir volver a eventos masificados que superen cierto número de personas, pero sí recuperar la existencia humana como “Dasein” o “ser-en-el-mundo”.
Los mortales habitan en la medida en que reciben el cielo como cielo; en la medida en que dejan al sol y a la luna seguir su viaje, a las estrellas su ruta, a las estaciones del año su bendición y su injuria; en la medida en que no convierten la noche en día, ni hacen del día una carrera sin reposo. Martin Heidegger.
Continuará en nuestra próxima entrega.
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